Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
La celebración especial de Malcom, con el equipo y su familia
Gabriel Sans Barcelona
Las lágrimas de Malcom después de marcar al Inter tenían un sentido. Todo en la vida del brasileño lo ha tenido hasta ahora. Así que cumplir el sueño de debutar en la Champions League con el Barça, y además marcando un gol, merecía dar rienda suelta a todos sus sentimientos. Había trabajado muy duro desde que entró en las categorías inferiores del Corinthians -el único que superó una selección de 400 niños- como para no exteriorizar su alegría. Claro que merecía la pena. Y no se contuvo.
Fuentes próximas al jugador contaron ayer a MD que Malcom celebró en familia, nada más llegar a Barcelona, su primer gran éxito. Quería compartir este momento con los que más le han ayudado en los días más crudos, que los ha habido, sobre todo con su pareja, Leticia Pereira. El tanto tuvo, además, una dedicatoria especial para su abuela, que se sacrificó económicamente para que pudiera pagarse de niño los billetes de ida y vuelta a los entrenamientos.
El inicio
Cuando regresó al vestuario del Giuseppe Meazza y aunque el Barça había acabado empatando, todos sus compañeros le felicitaron con efusividad, incluido el ‘staff’ técnico. Malcom, que se ha quedado la camiseta, cae bien en el vestuario y los jugadores festejaron que hubiera podido sacudirse unas críticas “muy injustas” consecuencia de “su falta de ritmo y de adaptación”. Tiene fama de incansable trabajador y de ser una persona humilde, pero valoran sobre todo su paciencia y la seguridad en sí mismo. De sus declaraciones tras el partido, a algunos les sorprendió su sinceridad. “Trabajo para demostrarle al técnico por qué estoy aquí”. Desde el primer día, Valverde ya dejó claro que Malcom no era un fichaje suyo sino del club y el extremo lo ha interiorizado hasta convertirlo en una meta. Ganarse a Valverde para ganarse un puesto en el once titular. “Ha dado un primer paso pero el camino es aún muy largo”, cuentan desde su entorno.
Hasta ahora, no lo ha tenido fácil. De los 17 partidos oficiales, sólo ha participado en cuatro, uno como titular (Cultural en Copa) y tres de suplente (Valladolid y Leganés en Liga e Inter en Champions). “Y en estos ratitos, promedia un gol cada 115 minutos”, bromean los que le conocen.
Hay un dato que le intriga y que le gustaría poder despejar. Nadie le ha podido desvelar si es el debutante que ha marcado el gol más rápido en la historia de la Champions. Alguien le está buscando la solución, los mismos que le guardan todas las ediciones de los periódicos