Once contra once ¿Por qué dudar de Muniain?

Se está gestando otro ‘One Club Man’ en el Athletic. La renovación de Muniain era necesaria para no sumar otra piedra más en la mochila. El guiño de no fijar una cláusula de rescisión estrecha lazos con la esencia más pura y cada vez más difuminada por el paso del tiempo de este club. Iker es importante en el terreno de juego. Un 10. Ahora también es referente fuera del verde con un gesto sin precedentes. Otro 10. La fidelidad se demuestra con hechos, no con palabras.

“Pero y si Muniain cambia de idea…”, lanzan algunos. No hay ningún motivo para cuestionar su compromiso. Ha sido fiel a los colores y ha tenido un comportamiento intachable. Si el entorno duda de Iker no es por Iker. Es debido a las decisiones de los que fueron sus compañeros y emprendieron otros caminos. Dudar por ello de Muniain es injusto.

En el fútbol de hoy en día, el jugador siempre tiene la sartén por el mango, sin importar la cuantía de la cláusula. Si no quiere estar en un sitio, no está. El gesto del navarro es decir alto y claro: “No me quiero ir de Bilbao”. Hay que ponerlo en valor. Un pacto de caballeros. En San Mamés se aplaude y se venera a Le Tissier, pero cuando hay un proyecto de ‘One Club Man’ en el Athletic hay un sector que cuestiona sus palabras.

Muniain marca el camino. Porta la bandera. Si lo de Kepa, de Ondarroa y desde alevines en Lezama, fue un sopapo; lo de Iker, de la Txantrea y en el club desde los 14 años, es un modelo a seguir para los canteranos. Ha optado por el Athletic en un momento de zozobra. De lo que nadie duda, al menos eso creo, es que la renovación es positiva.

Urrutia ha logrado su anhelo. Un contrato sin cláusula de rescisión. Lo que ha generado debate. Se dibuja el peor de los escenarios. Se enciende la alarma pensando en el hipotético caso de que Muniain buscara una salida a través de la justicia ordinaria. El club quedaría desprotegido porque es probable que la cantidad fijada por el juez fuera muy inferior a la de una cláusula.

Yo lanzo una cuestión. ¿Qué pasaría si cualquier otro miembro de la plantilla, por ejemplo Williams, optara mañana por acudir a un juez en busca de una rescisión unilateral? ¿Establecería una cantidad de 80 millones para su salida? Con Zubiaurre no fue así, por suerte para el Athletic. Con esto solo quiero decir que cualquier futbolista, con cláusula o sin cláusula, es libre de acudir a la justicia. Aunque no sea habitual.

Solo el tiempo sabe si el guiño de Muniain se convierte en realidad, si es una decisión positiva o negativa para el club o si ha abierto una vía para los contratos futuros en el fútbol nacional. Lo que está claro es que el Athletic está obligado a encontrar nuevas fórmulas y gestos como el de Iker son los que deben alimentar el maltrecho romanticismo en el que se sustenta la filosofía del Athletic

FOTO: J. ECHEVERRÍA Muniain seguirá como león las próximas cinco temporadas tras su renovación