Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
EL ‘MOSQUITO’ YA PICA
Dembélé lideró el valioso triunfo del Barça frente al Villarreal, con descaro, desequilibrio y un centro de manual en el 1-0 Piqué abrió la lata con un soberbio cabezazo y Aleñá, primer cambio, sentenció con asistencia de Messi
¿Querían un Dembélé enchufado y determinante?, aquí está. ¿Querían protagonismo de la cantera?, también. Valverde ofreció ayer una nueva muestra de su fe en Aleñá al darle entrada en el tramo final de un partido peligroso que no estaba cerrado. Y Aleñá, esa solución valiente del técnico en un segundo tiempo poco agraciado, sentenció un partido que estaba a favor tras un gol de un soberbio Piqué a centro del gran protagonista, Dembélé, que abrió con sus regates y su descaro el muro amarillo de la primera parte. El 2-0 final es corto viendo la primera parte, pero más ajustado de acuerdo con la segunda, en la que el Villarreal buscó algo más la portería de Ter Stegen, pero con muy poca mordiente y perdido en los instantes finales en brusquedades callejeras. El Barça aprovechó el tropezón del Atlético y además logró dejar la portería a cero.
La conexión Semedo-Dembélé, por la derecha del entramado azulgrana, rompió de entrada el ordenado esquema del Villarreal, un teórico 4-3-3 flexible que en defensa se transformaba en 4-5-1, buscando cerrar espacios para el centro del campo azulgrana y encerrar a Messi, sin reparar en acciones muy duras de Víctor Ruiz, Álvaro o Cáseres. En el caso de este último, sin tarjeta después de tres patadas fuera de lugar. El extremo francés fue el encargado de dinamitar el tinglado amarillo. Rompió, encaró, desequilibró, dribló, buscó a sus compañeros y fue el autor del centro de manual que Piqué remató, implacable, para abrir el marcador.
Cuando llegó ese 1-0, el Barça había dominado en casi todas las partes del campo, pero no había generado mucho peligro más allá de una rosca de Messi que sacó Asenjo. Por el Villarreal, en cambio, Gerard Moreno había rematado al palo tras una contra que él mismo había originado y que culminó ‘robándole la cartera’ a Lenglet dentro del área, muy cerquita de Ter Stegen. También Chukwueze había causado problemas a Jordi Alba por la banda en otra de las escasas escapadas arriba del ‘Submarino’.
Enchufado en el juego, en esas que aparece Dembélé, en la segunda jugada tras un córner y con el Villarreal encerrado, y se saca de la chistera el centro que Piqué remata a gol, para abrir la lata. Un golazo por el centro de Ousmane y por la ejecución de Piqué, que ayer estaba en todas partes.
El meta Asenjo sacó el segundo del Barça, en un remate de Messi tras una jugada que él mismo se había fabricado, combinando con Coutinho y con internada final de Alba en una de las primeras acciones en que funcionaba la banda izquierda al mismo nivel que la derecha.
Segundo acto espeso
El Villarreal subió una marcha tras el descanso, consciente de que para empatar necesitaba hacer algo más que en la primera parte. Hubo acciones de Manu Trigueros y de un Gerard Moreno enzarzado en un nuevo capítulo de sus trifulcas con Piqué, que por otro lado estuvo colosal toda la noche. Moreno fue desquiciándose hasta que Calleja decidió cambiarlo por Toko Ekambi.
El Barça, pese a cambios valientes de Valverde, dando entrada a Aleñá por Arturo Vidal y a Malcom por un Coutinho que no acaba de arrancar, acusó cierto cansancio, perdió el balón y no explotó los espacios que iba dejando el Villarreal, aunque tampoco pasó por excesivos apuros gracias a la concentración defensiva.
El partido lo cerró Carles Aleñá, como premio a la valentía de Valverde y a su propio talento. Situado como mediapunta por delante de Busquets y Rakitic, combinó con Messi y aprovechó una magnífica asistencia vertical del argentino para colarse entre los dos centrales del Villarreal, convenientemente retratados, y poner el 2-0, que ya lo dejaba todo decidido, en el marcador