Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Iraizoz tapa bocas en San Mamés
Da la sensación de que hay gente en Bilbao que el pasado lunes fue verdaderamente consciente de la calidad del navarro como portero. Los de fuera siempre parecen mejores que lo de casa, aunque no lo sean
El puesto de portero tiene una mística especial en un club centenario como el Athletic. Iribar, Lezama, Carmelo, Zubi y algunos otros ilustres guardametas más han dado al marco rojiblanco un rango que trasciende más allá de los tres palos y las áreas. La sombra del Txopo, por qué no admitirlo, sigue siendo muy alargada.
Mi excompañero y amigo Asier, el imaginativo dibujante y artista que ilustra esta contra con su singular manera de ver y entender el universo rojiblanco, me obliga a incidir una vez más en uno de los porteros del Athletic que, pese a hacer historia en el marco bilbaíno, no fue tratado de manera acorde a su larga y sólida trayectoria como león por la ‘crítica’ mientras permaneció en el Botxo. Hablamos del tercer guardameta con más partidos oficiales con la elástica del equipo bilbaíno a lo largo de la historia.
Iraizoz regresó el pasado lunes a San Mamés como meta esta vez del Girona. El navarro, con menos continuidad en su nuevo destino de la que cabría esperar tras su salida de Bilbao la pasada temporada, estuvo muy cerca de incidir en la grave herida liguera del conjunto rojiblanco al completar una soberbia y sobria actuación frente a la tropa de Gaizka Garitano. Solo Aduriz, de penalti a lo Panenka, pudo batirle a un suspiro del final.
A Iraizoz parece que se le ha reconocido desde entonces mucho más de lo que se le negó tras su trayectoria a las órdenes de Caparrós, Bielsa y Valverde. Con este último, ahora míster del Barça, llegó el principio de su fin aquí y el inicio de un interminable y polémico baile de inquilinos bajo la mítica portería del Athletic. Herrerín, Kepa, Unai Simón, Hodei... Hasta el actual portador del emblemático número 1, Remiro, ha suscitado la polémica. Iraizoz, en cambio, hechos y no palabras. ¡A lo mejor no era tan mal portero como le pintaban algunos!