Hubo un tercer penalti

l de ayer en San Mamés era un partido de ganar sí o sí. Otro tropiezo de los leones después de diez jornadas de Liga consecutivas sin sumar una victoria habría generado una psicosis peligrosa y habría sido perjudicial en el aspecto moral antes del encuentro de Granada que les puede llevar a la final de Copa. aritano era consciente de la importancia de este choque ante el Villarreal y, por eso, prefirió no hacer muchos cambios. Recuperó la defensa de cuatro y solo dejó en el banquillo a Núñez y Williams para reforzar las bandas con la entrada de Ibai y Córdoba. Este último aprovechó bien la nueva oportunidad. Formó una buena sociedad con Yuri por la izquierda y participó mucho en el juego. o fue un encuentro de muchas ocasiones de gol, a pesar de las intentonas de ambos equipos. El conjunto bilbaíno, como casi siempre, se mostró poco lúcido y acertado en los metros finales. Así, después de que en la primera parte Unai Simón volviera a salvar a su equipo con una gran parada a Gerard Moreno, el Athletic tuvo que esperar a que saltara Williams al campo para revolucionar el ataque y provocar el penalti que decidió el partido. Luego el propio delantero marró otra pena máxima que podría haber evitado los apuros y los nervios del final. alleja quiso resumir la derrota en la actuación arbitral, pero no creo que fuera ayer su único problema. Si el primer penalti pudo ser riguroso, el segundo fue una mano clara. Y no se puede olvidar que tanto el colegiado como el VAR se comieron otra pena máxima por un agarrón a Muniain ●