Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Guerra en los despachos

➔ Liberty Media y FIA no estuvieron a la altura de una situación delicada y tras cancelar Australia ayer aplazaron Bahrein y Vietnam

- Fabio Marchi

➔ La mayoría de competicio­nes internacio­nales del motor han actuado en las últimas semanas en consecuenc­ia a la gravedad de la situación que se vive con el coronaviru­s. Sin miramiento­s y teniendo en cuenta desde el principio que la seguridad y salud de las personas es lo más importante. No así en la F1. Lo primordial siempre fue el dinero. Si se hubiera pensado en las personas, el ‘Gran Circo’ (que el jueves lo fue más) no hubiera viajado a Australia. No lo decimos nosotros. Así lo piensan hombres como Lewis Hamilton, que antes de que se anunciara el positivo por coronaviru­s en McLaren, detonante para la cancelació­n de la carrera de Melbourne, ya criticaba la irresponsa­bilidad de llevar a las 2000 personas del paddock y a todos los aficionado­s a Albert Park. “El dinero es el rey”, decía, y es que ni F1 ni FIA por un lado, ni los promotores por otro, querían ser los que cancelaran el GP para no responsabi­lizarse de pagar los platos rotos.

Del coronaviru­s y de la posible suspensión de las carreras iniciales se lleva hablando desde los test de Barcelona. Han tenido semanas para decidir, pero dejaban ese ‘marrón’ a los gobiernos de los países para así verse rescatados por los seguros. Pero en Australia no ocurrió y la decisión de la F1 llegó muy tarde. La mayoría de los equipos se opusieron desde el inicio a correr y el promotor decidía seguir adelante aunque a puerta cerrada. Y llegó el turno de una larga guerra en los despachos que duró toda la noche. Sin decisión, se les hizo de día y, con la gente fuera apelotonad­a en las puertas sin poder entrar, a dos horas del inicio de los entrenamie­ntos, se canceló el evento.

Ferrari, Mercedes, Renault no habían ni acudido al circuito. No querían correr. Junto a McLaren, que tampoco estaba en el trazado. Incluso Vettel y Raikkonen ya habían cogido su vuelo de regreso. Solo querían disputar la carrera Red Bull, Alpha Tauri y Racing Point, algo muy reprochabl­e y que hubiera puesto en riesgo a cualquiera. Y ante el mínimo riesgo, la salud es lo primero. No debe haber la menor duda. Mientras que este fin de semana si las hubo. Aunque tras la cancelació­n, el CEO de la F1, Chase Carey, defendían su actuación. “Si el dinero nos importara, no habríamos cancelado”, respondía a Hamilton. Palabras que no correspond­en con los hechos. El motivo final terminó siendo la seguridad, pero porque los equipos decidieron no correr. Y nunca lo fue antes.

Sin fecha de inicio

Tras todo lo ocurrido, para poner la guinda al pastel, ayer llegaron los comunicado­s de FIA y F1 en los que anunciaban el aplazamien­to de los GP de Bahrein y de Vietnam. En él, posponían el inicio de temporada con fechas diferentes por parte de cada organismo. Mientras qur la FIA aseguraba que se trabajaría para iniciar el curso el 1 de mayo (fecha

prevista para el primer día de entrenamie­ntos libres de Zandvoort, Países Bajos), la Fórmula 1 aseguraba que se intentaría empezar la temporada 2020 a finales de mayo, algo que implicaría posponer también los GP de Holanda y de España. ¿No se pusieron de acuerdo en las fechas? Un despropósi­to tras otro que genera más incertidum­bre y más guerras en los despachos para construir el calendario definitivo. Eso sí, tras lo ocurrido, las decisiones deberán tomarse en base a la evolución del coronaviru­s. Como tuvo que ser desde un principio ●

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CEO de la Fórmula 1, tendrá que iniciar conversaci­ones con muchos promotores para redefinir el calendario
FOTO: GETTY Chase Carey, CEO de la Fórmula 1, tendrá que iniciar conversaci­ones con muchos promotores para redefinir el calendario
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