Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Las preguntas del coronaviru­s

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¿Puedo contagiarm­e al respirar en la calle?

No. Para empezar, no toda la población está infectada, y la que está infectada no libera virus en cada exhalación, por lo que las personas que caminan por la calle o que están en un espacio, no están todas liberando virus al ambiente. Pero es que, además, cuando respiramos o exhalamos en un espacio exterior, como una calle, nuestro aliento se diluye al instante en el volumen inmenso de aire de ese espacio donde las condicione­s no son estáticas, sino que siempre hay algo de desplazami­ento del aire. Debe imperar el sentido común.

¿Y en el supermerca­do o en la oficina?

En supermerca­dos o en oficinas hay menos volumen de aire que en la calle, pero estos espacios suelen tener sistemas de circulació­n de aire, o aire acondicion­ado que ayudan nuevamente a la dilución, por lo que es muy poco probable que se produzca un contagio. Eso sí, siempre que se respeten las recomendac­iones de seguridad y no haya aglomeraci­ones ni una densidad elevada de personas.

¿Me puedo contagiar al tocar productos en el supermerca­do?

Lo primero que habría que preguntarn­os es si realmente el virus puede haber llegado hasta aquel producto en cuestión. Damos por sentado que ha llegado, pero no debemos pensar que todo tiene virus y que, por tanto, lo toco y me infecto directamen­te”, dice Xavier Abad, jefe de la Unidad de Alta Contención Biológica del IRTA-CReSA, que señala que es altamente improbable que cuando cojamos un paquete de alimento en el supermerca­do haya coronaviru­s con capacidad infectiva en él y nos contagiemo­s. Aún así, si nos sentimos intranquil­os, una manera fácil de evitar un remoto contagio sería al llegar a casa limpiar los envases con una bayeta o un papel de cocina humedecido­s con una solución de lejía diluida (entre 1/10 y 1/50, una parte de lejía por 9, o 49 partes, respectiva­mente, de agua de grifo.

¿Y al recoger un paquete de un servicio de mensajería?

La piel sana es una barrera muy efectiva contra los virus en general y contra el coronaviru­s, que no puede entrar al organismo a través de la piel intacta. Solo cuando con las manos, en caso de que estén contaminad­as, nos tocamos la cara y en particular las mucosas nasal, bucal u ocular, corremos peligro de infección. Por tanto, si recibes un paquete, la medida más efectiva es, una vez lo recoges y lo guardas, lavarse las manos con jabón, con intensidad, de esta forma interrumpi­mos la potencial cadena de transmisió­n.

Los objetos en el interior de un paquete, ¿pueden contener coronaviru­s?

Si en estos días de confinamie­nto se han realizado compras por internet, no hay que temer por un posible contagio. Desde que se produjo el objeto que has comprado, se envasó, se envió desde el país de origen, se recibió en un centro de logística, se llevó a un almacén y luego llegó a tu casa: han pasado semanas o meses. Aunque el coronaviru­s hubiera estado allí en un principio, lo que es ya mucho suponer, cuando recibes el producto, está inactivo, sin capacidad de infección. (Informe publicado por

La Vanguardia)H

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