Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Las confesione­s del exrojiblan­co Unai Bustinza

➔ El jugador de Lezama y capitán del Leganés responde a una serie de preguntas personales en la web de su club

- Carlos Zaballa

➔ Unai Bustinza se ha hecho con un puesto en la elite del fútbol. El jugador formado en Lezama jugó cuatro partidos con el primer equipo rojiblanco en la temporada 2014-15, entre ellos la final de Copa, pero ha sido en el Leganés donde ha encontrado su hueco en la máxima categoría del fútbol español.

El defensa es un habitual en las alineacion­es del equipo pepinero y también porta el brazalete de capitán. Tiene 28 años y se le ve con la suficiente madurez como para ser una magnífica referencia para sus compañeros en un vestuario plagado de futbolista­s de diferentes nacionalid­ades.

El bilbaíno respondió a una serie de preguntas en la web del Leganés, algunas de ellas deportivas, pero la mayoría de corte personal para dar una pincelada de lo que es su personalid­ad. Desde luego, se intuye a un futbolista con la cabeza muy bien amueblada.

“Soy una persona bastante empática, me gusta ponerme en la piel de los demás, soy racional, me gusta buscarle el sentido a todo, si no lo entiendo quiero que me lo expliquen y me gusta ser responsabl­e”, señaló el zaguero respecto a sus cualidades como persona.

¿Cómo se definiría? “Como bruto,

Unai Bustinza seguro”, dijo con humor. A continuaci­ón añadió que como “responsabl­e y entregado”.

Soy una persona bastante empática”

Mi aitite ha sido una persona muy especial en mi vida. Esa bondad que tenía...”

De no haber sido jugador, hubiera elegido algo relacionad­o con lo sanitario”

Primeros recuerdos

Sus primeros recuerdos dándole a un balón los tiene en el patio de casa, entre un pino y la pared, cuando apenas tenía 4 añitos y todavía llevaba dodotis. “Yo pegaba patadas al balón y mi aitite, con la cintura agachada, me devolvía el balón”, describió.

Su aitite, precisamen­te, es una de sus grandes referencia­s en la vida.

El jugador formado en la cantera del Athletic siente una profunda admiración por él. “Una persona muy especial en mi vida, igual también porque hemos compartido muchos momentos y porque era un poco diferente a mí y a mi aita. A mi aita le admiro un montón, pero mi aitite era una persona que tenía esa capacidad para ver la vida siempre bien, con cero estrés, lo veía todo con otros ojos, le daba igual que pasara penurias, que tuviera que trabajar la hostia...”, manifestó.

Bustinza continuó con los elogios muy sentidos hacia su abuelo. “Nunca le veías enfadado, siempre estaba conforme con lo que tenía y lo que hacía lo intentaba hacerlo bien. Su forma de ver de ver la vida, esa felicidad que conseguía... Transmitía serenidad a todo el mundo, esa bondad que tenía... Todo esto me hacía admirarle”, añadió.

El jugador vizcaíno vive el presente. Su mejor momento en el fútbol es la última victoria lograda con el Leganés y el peor, la última derrota. No tiene ninguna manía antes de saltar a un terreno de juego, algo que suele habitual en un futbolista, su sueño cumplido es poder dedicarse a lo que le gusta y de no haber sido jugador hubiera elegido la rama sanitaria, una profesión de héroes hoy en día con la crisis del coronaviru­s. “Siempre me ha gustado mucho el cuerpo humano, es una máquina perfecta, quizá hubiera elegido algo relacionad­o con lo sanitario. El mundo de la medicina me gusta”. Y lógicament­e elige como su ciudad favorita a Bilbao a pesar de que ahora vive en Madrid. “Es muy bonita, ha crecido mucho”, dice ●

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