Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
LA SUPERCOPA DE ESPAÑA
No es un problema tan inmediato como el que supone la final de la Copa del Rey pero no deja de ser una piedra en el zapato de la Federación. El organismo que preside Luis Rubiales firmó un contrato con Arabia Saudí para la disputa en este país de tres ediciones de este torneo, la primera de las cuales ya se jugó. A cambio, la RFEF se aseguraba unos importantísimos ingresos de 120 millones de euros, a razón de 40 por cada una de las ediciones a disputar. Los beneficios de esta operación, según declaró el propio Rubiales repetidamente, irían a parar al fútbol modesto. Lo que supone que una suspensión por falta de fechas disponibles de la Supercopa 2020 repercutiría, y de qué manera, en la economía del fútbol modesto, sin duda el eslabón más débil de la cadena. La Federación se mantiene firme en su propósito de mantener el formato y las fechas (a mediados de enero) de la Supercopa. Pese a ello, fuentes de este organismo no descartan tener que buscarle acomodo en otro punto del calendario si por las alteraciones que el asegurar que puedan mantenerse ante la necesidad de ganar fechas para cuadrar el próximo curso. Esto hace que a día de hoy no pueda garantizarse, pese a que la UEFA no se ha pronunciado ni deslizado información alguna a este respecto, que el torneo vaya a celebrarse. Su suspensión sería un mal menor a la vista de las dificultades que entrañará diseñar y ejecutar un calendario, el de la temporada 2020-21, que dé cabida a todas las competiciones nacionales e internacionales, con un añadido que complica todavía más, si esto es posible, el reto: la disputa entre el 11 de junio y el 11 de julio de 2020 de la Eurocopa y de la Copa América. Y con unos Juegos Olímpicos en el aire. Más difícil, imposible ●
Copa y Supercopa son a priori innegociables; el torneo europeo podría ‘caerse’