Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Manu García, un icono con futuro incierto
➔ El parón por el Covid-19 pone en riesgo que el capitán cumpla la cláusula de ampliación automática por una campaña de su contrato
➔ Manu García, emblema albiazul tanto dentro como fuera del rectángulo de juego, tiene ante sí un futuro deportivo incierto. El parón competitivo por el Covid-19 pone en riesgo que pueda cumplir la cláusula de ampliación automática por una campaña de su contrato, que concluye el próximo 30 de junio.
Hasta el pasado 6 de marzo, fecha en el que su escuadra jugó el último encuentro oficial, acumulaba en LaLiga 20 encuentros con más de 45 minutos disputados en 27 jornadas.
Necesita 25 para asegurarse la continuidad por una campaña más como babazorro. Por tanto, le faltan 5, una cifra en teoría asequible en las 11 jornadas que restan para terminar la actual temporada. Sin embargo, la crisis desatada por la pandemia global tiñe de incertidumbre el futuro de todos y, ahora mismo, pone en serio riesgo el que se pueda concluir el curso.
Por tanto, ahora mismo, con 33 años, cumplirá 34 el 26 de este mes, el gasteiztarra está en el grupo de futbolistas que más puede verse perjudicado por esta crisis. Todos los que terminan contrato en junio deberán negociar su destino en un mercado de fichajes con tendencia clara a la baja, ante la amenaza de pérdidas multimillonarias para todos los clubes de las principales ligas europeas.
El centrocampista vive un momento muy feliz en el plano personal. Acaba de ser padre de su primer hijo, Marco, y reside en su ciudad natal, donde más a gusto se encuentra. Mucho tuvo que sufrir en las catacumbas del fútbol hasta que se ganó disfrutar de su cara amable. Precisamente, lo ha logrado en su equipo del alma desde que era niño: el Deportivo Alavés.
Sueño cumplido
En el verano de 2013, cumplió el sueño que tenía desde pequeño, cuando veía los partidos de El Glorioso en la grada de Mendizorrotza: llegar a vestir la camiseta albiazul.
Hasta entonces, el fútbol profesional le fue esquivo en varias ocasiones. Tras militar en la cantera de la Real Sociedad, jugó en Segunda B un total de 184 encuentros, divididos en sus etapas con Real Sociedad B, Real Unión, Eibar, Logroñés y Deportivo Alavés.
Con el Alavés consiguió su tercer ascenso a la División de Plata. Llegó a Mendizorrotza de la mano de Javier Zubillaga, entonces director deportivo babazorro, que le conocía de su etapa en la cantera de la entidad donostiarra.
Partido a partido, se ha ganado el respeto de todos luciendo la zamarra albiazul. Ahora cumple su octava campaña como babazorro y es el más tiempo lleva en el equipo de la actual plantilla, el único que ha tomado parte en los dos últimos ascensos -de Segunda B a Segunda A en el curso 12-13, con Natxo González como entrenador, y de Segunda A a Primera en la 15-16, con José Bordalás en el banquillo-.
Forma parte de los capitanes más importantes en la historia albiazul, tomando el relevo de Antonio Karmona como portador del brazalete. El de Bermeo lo lució en el Alavés que alcanzó la mítica final de la Copa de la UEFA en Dortmund. El gasteiztarra lo ha llevado en el Alavés
actual, que cumple su cuarta campaña en Primera.
Es por tanto el único que ha estado presente en todos los éxitos más recientes del club gasteiztarra. Ahora vive un momento difícil junto al resto de sus compañeros. Como capitán, forma junto a Pacheco, Laguardia y Rodrigo Ely el grupo de portavoces que negocia con el club la rebaja de sueldos en la plantilla, que no acepta las condiciones del ERTE y ya aprobado por el Ministerio de Trabajo.
Ahora está ante un futuro incierto. Si finalmente alcanza los 25 encuentros con más de 45 minutos disputados, cumplirá la condición principal para ampliar automáticamente su vínculo por un curso más. Si no es así, tendrá que afrontar una nueva negociación con el club en el peor momento para todos ●