Un final desafinado

e van a cumplir mañana dos semanas desde que concluyera la Liga y en Bilbao aún anda el personal dándole vueltas a la temporada que han completado los de Garitano. Infumable para los más críticos; reseñable para los que valoran, por encima de todo, la clasificación para la final de Copa... Ya se sabe que, en esto del fútbol, se va de un extremo a otro con una facilidad pasmosa. No hay un acuerdo de mínimos. este asunto le hincó el diente el propio director deportivo del club en una comparecencia celebrada esta semana. Rafa Alkorta habló de una campaña “irregular” pero, a la vez, “buena”. A más de uno puede parecerle que incurrió en una contradicción de tomo y lomo. No obstante, quizás no lo sea tanto. sto me recuerda a lo que hace tiempo me explicaba un vocalista de una banda bilbaína de punk rock sobre el modo ideal de interpretar los temas musicales en directo. “Lo importante es empezar y acabar bien; no te preocupes por lo que pase en medio”, decía. Era su teoría. al Athletic le ha pasado algo parecido. Tuvo un arranque potente, con aquel golazo de Aduriz frente al Barça que metió al público en canción. Se fue diluyendo en un parte central con algunas notas metidas a destiempo, pero que no empañaron el vibrante estribillo copero. Llegó a los últimos compases oliendo la gran ovación y cuando solo quedaba el remate, la pifió con un final muy desafinado. Es con lo que se ha quedado la afición. En el fútbol vales tanto como lo último que has hecho. Y lo último ha sido para olvidar. Habrá que ensayar duro para sonar mejor hasta acabar ●