LAS CLAVES

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La lotería de las caídas no respetó a nadie. Ni al gregario más gregario ni a los líderes de los equipo. El asfalto del Côte de Rimiez (puerto de 3ª, de 5.8 km al 5.1% que se coronaban dos veces) iba a facilitar el dramatismo en un inicio de carrera que para algunos fue una auténtica pesadilla. De los afectados, el que más preocupó de inicio fue Sivakov. El de Ineos tenía el brazo ensangrentado, se dolía de una muñeca y hacía que no con la cabeza. Daba la sensación que iba a abandonar, pero completó el recorrido. Alaphilippe fue el segundo ilustre afectado. La caída no tuvo consecuencias físicas, pero le obligó a un descenso de riesgo. Se la jugó y la apuesta le salió bien. Cazados los escapados a 58 kilómetros de meta, nacía una nueva etapa, y Astana quiso buscar dar la sorpresa, con Omar Fraile tirando en la bajada y López pegado a su rueda, ante la sorpresa de un pelotón que pedía calma, sabedor que había demasiado en juego, hasta que en una curva ‘Superman’ perdió el control de su bici e impactó de cabeza contra una señal de tráfico. Increíble que quedara en un susto. Tras lo sucedido, Roglic abroncó a Fraile. Él y su equipo, Jumbo, ejercieron de líderes y frenaron la carrera. También cayeron Quintana, Nieve y David de la Cruz.

A partir de este momento se rodó con relativa calma, pero faltaba el sprint final. Y, justo cuando los equipos de los sprinters trabajan para sus hombres más veloces y se pasaba por la pancarta de los tres últimos kilómetros, se produjo la enésima caída, en la que se vieron involucrados corredores de la talla de Soler o Pinot, aunque sin graves afectaciones. Peor le fue a Rafa Valls, que fue hospitalizado con posible rotura de clavícula. Ya en el sprint, el más fuerte fue Kristoff. Progresó como un cohete para lograr una indiscutible victoria y el maillot de líder, por delante del campeón del mundo Pedersen y del neerlandés Bol.

Hoy más suspense, con una segunda etapa más dura y complicada, que de nuevo puede dar mucho que hablar y deparar más de una sorpresa. Hoy no se ganará el Tour, pero algunos pueden empezar ya a perderlo ●

UNA PISTA DE HIELO

Así definieron algunos corredores el mojado asfalto del primer día

MUCHO QUE PERDER

De ahí que Roglic y su equipo pidieran que no se fuera rápido