Otra de penaltis

ómo se echa de menos ver los partidos de futbol en un bar con los amigos tomando una buena cerveza y picando unas tapas. Maldita pandemia. Y cómo se añoraban las noches emocionantes del Barça. Aquellos partidos que te tenían en vilo hasta el último minuto y que siempre salían cara. Como el ‘Iniestazo’ en Stamford Bridge, la prórroga del Mundial de Clubs contra Estudiantes de La Plata o más recientes como la remontada contra el Paris Saint-Germain de 2017.

El miércoles, por fin, volvimos a vivir una de esas noches con los penaltis contra la Real Sociedad en las semifinales de la Supercopa de España. Qué sufrimiento, qué tensión y qué alegría final. Una sensación indescriptible que te manda a la cama agotado pero con una sonrisa de oreja a oreja.

Son un tipo de victorias que de puertas hacia afuera crean afición y de puertas hacia adentro generan unión en el vestuario. Refuerzan al grupo después de esos abrazos eufóricos y desbocados con el portero y el último lanzador como protagonistas. Esos abrazos que no nos podemos dar los aficionados en los bares mientras pedimos otra cerveza y otra ración de tapas para rebajar la euforia. De momento lo único que podemos hacer es gritar desde la soledad del sofá de casa viendo un torneo como este: ¡Otra de penaltis!

Que los once metros decidan la Supercopa este domingo también en La Cartuja como el miércoles en El Nuevo Arcángel. Después del nefasto 2020, quiero emociones fuertes para empezar el 2021 ●