Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Ogier, rey de reyes con su octava victoria
➔ Se convirtió en el más laureado de la historia del Rally Montecarlo triunfando con Toyota, marca que no ganaba desde 1998 con Carlos Sainz
➔ Histórico. Sébastien Ogier conquistó ayer otro triunfo en el Rally Montecarlo, convirtiéndose en el piloto más laureado de la cita más mítica del Mundial de Rallies, con 8 victorias e su haber, una más que su tocayo y compatriota Loeb. De las últimas 19 ediciones, entre los dos maestros franceses se llevaron un total de 15. Una auténtica barbaridad solo al alcance de los elegidos. Ayer, el piloto de Gap volvió a regalar una nueva exhibición tras coquetear con la retirada y decidir continuar por lo menos un año más al volante de su Toyota Yaris WRC (puede que más). Inició el curso demostrando que tiene cuerda para el rato que él quiera, dejando claro que sigue siendo el mejor cuando las cosas se ponen delicadas. Es el rey y como vigente campeón del mundo empezó su defensa del título y la búsqueda de su octava corona de la mejor de las maneras.
Manos y mente
En el ‘Monte’ no solo se trata de ir rápido. Para ganar es crucial saber gestionar los constantes cambios de agarre y condiciones de cada tramo, tener la estrategia muy clara y elegir en todo momento los neumáticos adecuados. Pero sobre todo, hace falta una perfecta combinación entre manos y cabeza. Dicen que este rally tiene algo de lotería. Si eso es cierto, Ogier, con su astucia, su perfectas gestión de la carrera y su talento natural había comprado todos los boletos hace días para llevarse el premio gordo.
Nada de suerte. ‘Seb’ es uno de los mejores pilotos de la historia y lo demuestra año tras año, especialmente, en un Montecarlo que ha ganado ya con cinco marcas diferentes, algo inaudito: con Peugeot en 2009, en Volkswagen del 2014 al 2016, en sus dos años con un Ford que no era el mejor coche (2017 y 2018), en 2019 en su primera carrera de regreso a Citroën con un vehículo inferior (sumando 6 triunfos consecutivos en la carrera monegasca), y finalmente, tras perder el del pasado año en su primera cita con Toyota, ayer no perdonó con la firma nipona.
Relevó a Carlos Sainz
Ogier conquistó la victoria número 50 de su carrera y devolvió a Toyota a lo más alto en Montecarlo 23 años después, recogiendo el testigo de
Carlos Sainz, el último que triunfó con los japoneses en esta carrera en 1998. “¡El Matador! Es un honor”, dijo a MD tras una última etapa con nieve y hielo muy complicada que controló a la perfección con un scratch inicial y cerrando su triunfo a lo campeón, ganando el Power Stage final. La única suerte del campeón que se puede aplicar a Ogier es la que tienen los aficionados al motor por seguir disfrutando (esta vez por televisión) de su clase. A sus 37 primaveras, los años no pasan para él. Sigue siendo una delicia verle conducir. Y que dure ●