Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Pese al mazazo del 2-0, el equipo cree
➔ La plantilla hace un análisis positivo, dentro de la autocrítica, y no renuncia a luchar por estar en una nueva final de Copa ni por eliminar al PSG
➔ El regreso de Sevilla fue triste, pero con cierta sensación de no haber hecho un mal trabajo. La plantilla del FC Barcelona no se ha rendido tras haber perdido en la ida de semifinales de Copa frente al Sevilla, a pesar de la dureza del 2-0. Es un marcador que pone muy cuesta arriba la clasificación del Barça: penaliza mucho no haber conseguido marcar fuera de casa. Sin embargo, los jugadores de Koeman sienten que merecieron más en el Pizjuán, tanto por juego como por ocasiones. Tampoco albergan dudas sobre el penalti que se comió Mateu Lahoz, algo que no les extraña tratándose de uno de los árbitros que históricamente les provocan más recelo.
Aunque sin público las circunstancias son distintas, tanto Ronald Koeman como la mayoría de jugadores de la plantilla han participado en remontadas en competiciones del KO: desde el famoso 4-1 ante el Dynamo de Kiev del ‘Dream Team’ en 1993, en el caso de Koeman, hasta remontadas muy similares a las que se necesita para levantar el 2-0 del Pizjuán en épocas más recientes: un 2-0 ante el Milan en Champions superado con un 4-0; otro 2-0 copero ante el Sevilla muy reciente (2019) que se remontó con un 6-1; el famoso 4-0 ante el PSG que se superó con otro 6-1 (2017); o un 3-1 ante el Sevilla en Supercopa (2010) que se ventiló con un 4-0 en pleno mes de agosto.
Son datos a los que aferrarse. De
Jong y Pedri ya expresaron que la eliminatoria no había acabado: “Es muy duro cuando pierdes el primer partido por 2-0, pero todavía queda un partido, creemos que podemos llegar a la final”, dijo el holandés. El joven canario, por su parte, recordó que el Barça es capaz de hacer estas cosas: “Ya vimos en Granada lo que hicimos. Hay partido todavía”.
Hay convencimiento generalizado de que al Barça le escamotearon un penalti y extrañeza por el hecho de que no se revisara ni el VAR. “Para eso está, ¿no?”, se extrañó Pedri, mientras Koeman no dudó, en rueda de prensa, de que la jugada fue penalti. Pero, más allá de la circunstancia de tener que soportar una vez más a Mateu en el campo y a Iglesias Villanueva (con un historial de atropellos al Barça que pone los pelos de punta), lo que genera confianza en la plantilla es que considera que hizo un buen partido en el Pizjuán y que mereció más que un 2-0. Cuanto menos, un gol.
LAS CLAVES Resultado injusto 1 El vestuario ve excesiva la derrota
Virtudes 2 Valora la presión alta y las ocasiones creadas
Actitud 3 No se rinden y buscan el espíritu de las remontadas
Las conclusiones positivas
Aun asumiendo que hay que hacer autocrítica y sin restar méritos al buen partido del Sevilla, el conjunto de Ronald Koeman se queda con el dominio en distintas fases, la presión sobre el Sevilla y las ocasiones de gol que se crearon y que obligaron a Bono a dar lo mejor de sí mismo. Del mismo modo que la ocasión que tuvo Messi pudo haber cambiado
el encuentro, están convencidos de que un gol temprano en el Camp Nou valdría su peso en oro.
A pesar de las bajas, que han dejado al equipo sin una pieza clave como Ansu Fati y han esquilmado la defensa, el Barça no arroja la toalla en Copa ni afronta con miedo la visita del PSG. Al contrario: sienten que van por el buen camino y que, corrigiendo defectos, existen opciones ante el campeón francés, sin Di María, sin Keylor y sin Neymar ●