Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Nadal, de la peineta al triunfo y las dudas por su espalda
➔ Gesto despectivo de una aficionada a Rafa, que venció a Mmoh pero sigue con molestias
➔ A ese músculo en la zona baja de la espalda que le está amargando la existencia bien merecería que Rafa Nadal le hiciera una peineta. No es su estilo, prefiere centrarse en buscar soluciones y aparcar las lamentaciones. También acepta con buen talante ser destinatario de una insólita peineta, ya que cómo imaginar que una aficionada dedicase este gesto despectivo a una leyenda del tenis, el campeón de veinte títulos de Grand Slam e igual de galardonado por su ‘fairplay’ en la cancha.
Sucedió. El nº2 mundial sirviendo para set con 6-1 y 5-4. No entra el primer saque. Se dispone a ejecutar el segundo, pero se detiene. Gritos y movimientos extraños de una espectadora en la grada. Jaleo general porque la gente quiere tenis y apunta a la aficionada, que se envalentona y levanta su dedo corazón en dirección a Nadal, que no se lo puede creer. Se ríe. Personal del torneo se va acercando a la señora, a quien invitan a abandonar el Rod Laver Arena. Expulsión porque no cesa en su empeño de atraer las miradas.
“Fue raro pero divertido. Me sorprendió. Me dije, pobre mujer, ha bebido mucho gin o tequila. Debe
estar borracha”, explicó más tarde Nadal. “Una anécdota. Soy un profesional y estoy aquí para aceptar todo lo que ocurre y más si es alguien que ha hecho lo que su estado le permitía”, añadió.
Se comportó como un profesional integral ya que en cancha zanjó el asunto firmando tres ‘aces’ seguidos, sellando el segundo set y lanzándose al cómodo triunfo sobre el estadounidense Michael Mmoh, 6-1, 6-4 y 6-2 en 1h.47’.
Había estudiado al rival, 23 años y 177 mundial, en youtube. Una práctica habitual del balear cuando se trata de un nuevo adversario que no suele dejarse ver en ATP Tour. Más previsión que necesidad ya que Nadal movió al oponente a su antojo, bajo techo debido a la lluvia que cayó en la jornada nocturna. Mañana tiene cita en tercera ronda con el británico Cameron Norrie, 25 años y 69º ATP. Otro estreno pero conoce mejor al oponente y ya espera más exigencia. Adquiere una importancia mayor porque será el test físico definitivo.
Hoy, día clave
De madrugada lanzó un SOS sobre el estado de su espalda. “La evolución no es satisfactoria. Mañana (por hoy) vamos a probar unos tratamientos que de no funcionar harán que ya esté en una situación límite”. Está trampeando con su saque, “con un gesto más relajado porque el partido no ha exigido más, pero eso no será suficiente para mi objetivo real”, que no es otro que competir por el título. Echa de menos a su médico de cabecera, Ángel Ruiz-Cotorro, que no viajó en esta ocasión. “Pero está en contacto con los médicos que
me están viendo”, señala.
Son sensaciones que de no verbalizarlas quedarían en el anonimato, ya que en cancha no muestra queja alguna y su tenis fluye con regularidad y acierto. El cuadro ha ayudado con enemigos controlables sin necesidad de exprimirse. Él mira adelante y sabe que necesitará todo en breve ●