Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
La afición, el jugador número 12
Hace unos días, preguntada por mi preferencia respecto al rival del Athletic en los cuartos de final de la Copa del Rey, mi respuesta fue clara: el Barça en San Mamés. Una elección con cierto riesgo, pero que prometía emoción por los antecedentes entre ambos equipos en la competición, y especialmente por el importantísimo factor de jugar en casa, que seguro derivaría en una respuesta unánime de la afición para volver a volcarse con el equipo. Porque los partidos no sólo se ganan en el campo, o por lo menos no en el caso del Athletic. Ahora, visto lo visto, me alegro enormemente de haber dado esa respuesta y de que el sorteo terminase por hacer realidad el deseo de muchos y muchas athleticzales.
No es ninguna sorpresa, pero una vez más la afición rojiblanca volvió a estar de 10 este miércoles ante el conjunto catalán. Los ánimos se fueron calentando desde primera hora de la mañana cuando alrededor de 4.000 personas siguieron en directo el vuelo que traía de vuelta a casa a Iñaki Williams después de que Ghana cayese eliminada en la Copa África con el triunfo de Camerún ante Gambia, convirtiéndolo en el más seguido del mundo. Una locura propia de una hinchada que sabía que su gran estrella podría darle otra noche mágica en San Mamés.
Precisamente los aledaños de La Catedral fueron el escenario donde se empezó a trabajar la victoria. Miles de personas acudieron a recibir al autobús del equipo en una concentración más propia de una final que de unos cuartos de final. Las bengalas rojas que tiñeron las calles de la villa dibujaron un escenario cercano al infierno para el rival, y por el contrario, un cielo claro y limpio para el Athletic que sabía de la importancia del ambiente para llegar enchufados al duelo. Una atmósfera que se trasladó al interior del estadio donde nada podía salir mal. Porque más allá de lo propiamente futbolístico, los leones siempre fueron por delante del Barça gracias a una afición que no dejó solo al equipo en ningún momento. 50.953 athleticzales que se dejaron la garganta durante más de dos horas y que no abandonaron a los suyos a pesar de ser una noche de miércoles que terminó alargándose.
Otra noche para el recuerdo en la que volvió a darse esa perfecta comunión entre afición y jugadores que demuestra el motivo por el que el Athletic es tan especial. Una noche donde quedó claro que si ambas partes reman en la misma dirección, este puede ser el año para volver a levantar la tan ansiada copa. ¿Por qué no soñar? Pase lo que pase, el Athletic ya parte con ventaja. Mucho camino hecho gracias a una afición fiel que seguro volverá a dar la talla en la semifinal ante el Atlético
Seguro que todos los athleticzales volverán a dar la talla en la ‘semi’ ante el Atlético