Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Mente fría y sangre caliente
El fútbol es un deporte de resultados y sensaciones. Los equipos atraviesan rachas mejores y peores que generalmente terminan por determinar la consecución o no de los objetivos marcados. En el caso particular del Athletic, hace ya un tiempo que atraviesa un momento dulce que va acercando las metas fijadas al inicio de temporada. Sin embargo, como todo proceso, el de los rojiblancos tampoco está siendo lineal y entra dentro de la lógica.
El ‘tropiezo’ ante el Cádiz del pasado fin de semana (cuando escribo estas líneas desconozco el resultado de ayer noche ante el Mallorca), fruto del desgaste copero ante el Barça pasó factura entre los jugadores, que tan sólo pudieron llevarse un punto del Nuevo Mirandilla. Un resultado por el que no hay que llevarse las manos a la cabeza siempre que se quede sólo en eso, en un pinchazo, y siempre que los de Valverde sean capaces de retomar la buena dinámica a la que ya nos habíamos acostumbrado.
Las cosas, por el momento, marchan dentro de los previsto, pero cuando surge un escollo en el camino es inevitable recordar tiempos pasados cuando el Athletic pinchaba a mitad de temporada y llegaba exhausto al final de campaña sin haber conseguido los objetivos. Ya son varios años en los que las ilusiones se han esfumado de un plumazo y, para no volver a caer en lo mismo, es mejor prevenir que curar. Aunque es cierto que las sensaciones de este año son bien distintas a las de temporadas pasadas, sobre todo teniendo en cuenta los últimos partidos de Copa, no conviene perder de vista la Liga.
Esta campaña el equipo ha venido compitiendo a un nivel muy alto en la competición regular. Un pequeño bajón en las últimas citas, a expensas de lo sucedido anoche en San Mamés, que debe servir para coger fuerzas y volver a despegar.
Para ello y teniendo en cuenta, a corto plazo, los exigentes duelos coperos que les esperan al equipo contra el Atlético de Madrid, conviene repartir esfuerzos y no sobrecargar a los jugadores, aunque siempre teniendo claros los objetivos y sin descuidar ninguna de las dos competiciones. Un equilibrio difícil de conseguir y una situación en la que Valverde tiene un papel complicado.
El técnico, a pesar de ello, cuenta con varios recambios de calidad que han demostrado estar preparados para asumir la titularidad. Siendo el míster el que convive día a día con los jugadores y el que finalmente toma las decisiones, personalmente creo que conviene dosificar esfuerzos y hacer rotaciones en ciertos partidos como ya ocurrió en Cádiz, de cara a mantener fresca a la plantilla y que por consiguiente esta esté a la altura. Mente fría, sangre caliente y a seguir trabajando
Las sensaciones de este año son bien distintas a las de temporadas pasadas