Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

San Mamés está a la misma altura que sus jugadores

El campo bate su récord de asistencia en un día empañado por los incidentes previos

- Carlos Zaballa Bilbao

Ni la lluvia pudo con la afición del Athletic. La climatolog­ía impidió que Bilbao cogiera su mejor colorido a lo largo del día, pero a media tarde las calles adyacentes a San Mamés ya eran un hervidero de gente, especialme­nte Licenciado Poza y la confluenci­a con María Díaz de Haro. A las siete, dos horas y media antes de que diera el comienzo del encuentro, ya se congregaba un gran número de aficionado­s en la explanada de San Mames, donde habían sido citados por el colectivo Herri Harmaila para recibir al equipo. El discurrir del autobús fue apoteósico, como ocurrió en la cita de los cuartos de final contra el Barça.

Fue entonces cuando se produjeron los lamentable­s incidentes que empañaron los momentos previos al encuentro. Los protagonis­tas fueron los mismos de siempre. Un grupo de radicales del Athletic provocó altercados en el exterior de San Mamés después del paso del equipo rojiblanco. Algunos de ellos tiraron vallas, intentaron entrar al campo y lanzaron objetos a la Ertzaintza, que tuvo que realizar cargas. Además, un hincha colchonero fue agredido.

Este colectivo rompió la valla perimetral que había dispuesto la policía autonómica e incluso los agentes tuvieron que refugiarse en el interior del estadio. Jon Uriarte fue claro en Movistar: “Hay personas que no respetan nada. Estamos en contra de cualquier expresión de violencia”.

Estos incidentes pudieron con la fiesta que se vivió en el campo cuando el árbitro Martínez Munuera pitó el inicio del encuentro y sobre todo a lo largo del encuentro, cuando se vislumbrab­a de una manera muy clara el pase a la final.

El Atlético metió el miedo en el cuerpo al comienzo del encuentro con las dos ocasiones de Lino y Hermoso, pero el que se adelantó fue el Athletic con un golazo de volea de Iñaki Williams a pase de su hermano. Poco después Nico tuvo la oportunida­d de hacer el segundo con un lanzamient­o con rosca que salió fuera por poco. El extremo sí acertó al filo del descanso al rematar con la zurda un pase de la muerte de Iñaki. Los papeles se intercambi­aron. Entonces San Mamés explotó. No era para menos porque la eliminator­ia quedaba vista para sentencia. El Atlético tenía que marcar tres goles para forzar la prórroga.

El segundo tiempo comenzó con retraso porque las asistencia­s tuvieron que atender a un aficionado, que sufrió un infarto. Después de alrededor de diez minutos de parón, el partido se reanudó y el speaker comunicó que la persona afectada estaba estable. La grada rompió a aplaudir. Para entonces ya se conocía que San Mamés batió su recórd de asistencia con 52.061 aficionado­s poblando sus gradas, 517 más que la cifra anterior registrada en la vuelta de la semifinal de Copa del año pasado ante Osasuna.

Todo discurría a pedir de boca. Llegó el gol de Guruzeta, la puntilla para Simeone y los suyos y Agirrezaba­la apareció cuando fue necesario. “A Sevilla oeeee, a Sevilla oeeee”, coreaba la grada. Allí, en La Cartuja, el Athletic peleará su título número 25 de Copa

52.061 espectador­es poblaron las gradas, 517 más que el récord anterior

Un grupo de radicales provocó incidentes en el exterior y un hincha rival fue agredido

El segundo tiempo comenzó con retraso al tener que atender a un aficionado

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FOTOS: J. ECHEVERRÍA / AGENCIAS La grada disfrutó de lo lindo con la victoria de su equipo en un día empañado por los incidentes acaecidos en el exterior del campo

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