Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Este es el año, Athletic
Todavía con la resaca de otra noche de ensueño en San Mamés, empieza la cuenta atrás para el 6 de abril cuando el Athletic vuelva a disputar otra final de Copa, la tercera en los últimos cinco años. Un logro al alcance de muy pocos -sólo el Barça ha disputado más finales-, pero que no termina por desembocar en la consecución del título. Sin embargo, este año todo parece diferente.
Una de las mejores versiones -sino la mejor- del equipo en este siglo XXI que invita a creer de verdad en poder volver a pasear la Gabarra por la Ría 40 años después de aquella última vez. A solo un partido de cumplir un sueño que, con todo el respeto al Mallorca, es más real que nunca.
Aunque ambos equipos han llegado hasta aquí por méritos propios, merece resaltar especialmente la gesta de un conjunto rojiblanco que ha conseguido apear de la competición a equipos de la talla del Barça y del Atlético de Madrid. Con contundencia además y en partidos como el del pasado jueves, sin pasar demasiados apuros.
Un Athletic intratable que ha demostrado que ahora mismo para él no hay rival grande. Un Athletic intenso, con garra, actitud y buen juego que se ha ganado llegar hasta aquí y que merece levantar la tan ansiada Copa del Rey. El de la Cartuja no será un partido fácil, por lo que conlleva un encuentro de este nivel y porque el conjunto balear también saldrá a por todas pero, sin desmerecer al rival y con todo el respeto, el Athletic lo tiene más fácil que nunca.
Doble cara
En cuanto al escenario de la final, es cierto que en los últimos años a los de Valverde no se les ha dado especialmente bien sobre todo en esta competición. Además, esta temporada se les ha complicado lo de jugar lejos de San Mamés y han mostrado una versión totalmente diferente en los partidos de casa y en los disputados a domicilio. Un factor que podría generar cierta inquietud al no contar con el ambiente de La Catedral.
Para evitarlo es fundamental el apoyo de la afición, que seguro será masivo como ya ha ocurrido en otras ocasiones. Aunque ambos equipos recibirán el mismo número de entradas; la clave está en hacerse notar, en tratar de hacer ver que somos más y más fuertes. Hacer que La Cartuja sea un infierno incluso para los propios diablos mallorquinistas.
Teniendo todo esto en cuenta, este es el año, nuestro año. El equipo tiene calidad, talento, actitud e ilusión. La afición, más de lo mismo, y el sueño compartido de volver a hacer historia. Hasta entonces, a centrarse en la Liga, pero teniendo muy presente la idea de que este año sí, estamos muy cerca de ser campeones ●
A un partido de cumplir un sueño, con respeto al Mallorca, más real que nunca