Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

El Villarreal muere en la orilla con orgullo

➔ Se despide de Europa tras acariciar el milagro ante un Marsella que marcó en el 93’

- Anna Cordovilla

Villarreal, 3

Jörgensen; Kiko Femenía (Morales, 84'), Eric Bailly (Mosquera, 51'), Mandi, Jorge Cuenca; Parejo, Capoue (Comesaña, 84'), Coquelin (Baena, 66'); Gerard Moreno, Sorloth, Gonçalo Guedes

Marsella, 1

Pau López; Kondogbia, Balerdi, Mbemba, Bamo Meité; Clauss, Ounahi (Luis Henrique, 78'), Veretout, Merlin; Ismaïla Sarr (Aubameyang, 46'), Ndiaye (Harit, 46')

Goles: 1-0 É. Capoue (32'), 2-0 A. Sorloth (54'), 3-0 Yerson Mosquera (85'), 3-1 J. Clauss (94')

Tarjetas: AMARILLAS: Ismaïla Sarr (18'), F. Coquelin (19'), A. Ounahi (48'), Quentin Merlin (69'), G. Kondogbia (84'), Yerson Mosquera (92'), Álex Baena (92'), Pau López (93')

Árbitro: István Kovács (Rumanía)

Espectador­es: 15.378 en el estadio de la Cerámica

➔ El Villarreal murió en la orilla en el último suspiro al caer eliminado de la Europa League a manos del Olympique de Marsella. Pagó caro el 4-0 de la ida, pero se fue con la cabeza muy alta pues logró hacer hasta 3 goles, acariciand­o el cuarto y haber igualado la eliminator­ia. Pero un tanto en el último suspiro de Clauss (93’) tras una genialidad de Aubameyang congeló la Cerámica y ‘mató’ la esperanza de un Villarreal superior a los galos y que acarició el milagro hasta el final. El lastre de la ida le mató.

El once amarillo fue sorprendid­o de inicio por un Olympique de Marsella que salió en modo avasallado­r. En el minuto 2, Jorgensen, el titular bajo palos en el Villarreal por la lesión de Reina en el calentamie­nto, sacó con una mano milagrosa un gol olímpico. Pasado el susto, el equipo de Marcelino se lanzó en pos del milagro con todo.

Y se convirtió en el protagonis­ta del duelo, aculando a un once francés que apenas salió de su área. Sorloth (9’) dio el primer aviso pero Mbemba le barrió in extremis. Guedes y otra vez Sorloth tuvieron el gol antes de los primeros 20 minutos de un Villarreal desatado con un Gerard Moreno omnipresen­te. Aunque otro ex perico, el portero del Marsella Pau López, se mostraba muy acertado.

Apretaba el Submarino y el gol se mascaba. Y acabó cayendo en el 32’ gracias a un cabezazo picado de Capoué para abrir el melón y la esperanza de una grada que creía en el milagro. Bajó el pistón el once local en el último cuarto antes del descanso, aunque Capoué tuvo en sus botas el segundo local.

En la reanudació­n el Villarreal salió con el mismo guion. Y eso que el técnico del Olympique, no gustándole el juego de su equipo, movió fichas. Y uno de los que entró fue Aubameyang, que tuvo la sentencia en el 48’ pero falló una clarísima ocasión para ‘mojar’.

El Villarreal volvió a lo suyo, un acoso y derribo en pos de una goleada.

Eric Bailly se lesionó, pero el Submarino no se descompuso y siguió mordiendo. Y en el 55’ obtuvo el justo premio. Sorloth se fue como una exhalación y definió de lujo, pero el gol llegó precedido de varios minutos de suspense, lo que tardó el VAR en validarlo. Subió el 2-0 y la Cerámica soñaba.

Siguieron apretando los de Marcelino pero con el paso de los minutos, les costó someter a los franceses. Aún así el portero Pau López salvó al Olympique en el 73’ con un paradón a cabezazo de Gerard Moreno que mereció entrar.

Marcelino movió el banquillo, metiendo mucha más pólvora. Y cayó el tercero. Baena puso un gran centro de falta y un brutal cabezazo de Mosquera sirvió para poner el 3-0 en el 86’ y seguir alimentand­o la fe. El ‘Sí, se puede’ empezó a resonar en las gradas.

Mandi tuvo el cuarto y la grada sufría lo que no estaba escrito, más todavía cuando el colegiado dictaminó un descuento de sólo cinco minutos, corto a todas luces.

Morales también acarició la gloria con un disparo que desbarató Pau López. Y luego la tuvo Gerard Moreno. Pero cayó el jarrón de agua fría para el Submarino, que murió en la orilla por culpa de un gol de Clauss en el último suspiro, congelándo­se La Cerámica

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FOTO: EFE Los jugadores del Villarreal, aplaudiend­o a una grada que se dejó el alma en su apoyo

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