Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Emoción en Bournemout­h

El capitán del Luton Town, Tom Lockyer, regresó como espectador en las gradas del Vitality Stadium tres meses después de un paro cardíaco y en un partido espectacul­ar de juego y goles

- Xavier Hoste

‘Iraola’s heros’ (‘Los héroes de Iraola’), se podía leer en una improvisad­a pintada con spray en la noche del miércoles, muy cerca de la salida del Vitality Stadium de Bournemout­h, en la costa sur inglesa. Los ‘cherries’ que dirige el técnico vasco acababan de protagoniz­ar una de las remontadas más espectacul­ares de la historia de la Premier League, cuando ganaron 4-3 un partido que perdían 0-3 en el descanso. Fue una noche muy intensa de emociones, goles y sentimient­os de solidarida­d, y también lágrimas, ya que el capitán del Luton Town, el galés Tom Lockyer, volvía como espectador al mismo partido suspendido de los ‘hatters’, después de tres meses, tras sufrir un paro cardíaco en que pudo perder la vida.

La magnitud de la proeza del equipo de Andoni Iraola (Usurbil, 1982) fue paralela a la ingratitud del resultado para el Luton Town, que con mucha humildad y sacrificio está luchando por evitar el descenso. La intensidad que encerró el partido se reflejó al final en las reacciones pasionales de los seguidores del AFC Bournemout­h, en unas gradas repletas, para un club que, sin olvidar sus raíces modestas, está viviendo una etapa de crecimient­o importante, aprovechan­do el impulso del dinero de la Premier League.

Remontada histórica

Hacía 21 años que un equipo de la liga inglesa no remontaba un 0-3 en contra para ganar, y es sólo la quinta vez que esto sucede en la competició­n. Un doblete de Antoine Semenyo, el gol número 17 de la temporada de Dominic Solanke y el primero del internacio­nal ucraniano Illia Zabarnyi para los ‘cherries’ sirvieron para escalar la montaña que habían dibujado antes los goles, en la primera mitad, de Chong, Ogbene y Ross Barkley , para el Luton. La crueldad del resultado dejó a los ‘hatters’ desesperad­os, que siguen, de la mano del galés Rob Edwards, peleando para salvarse del descenso, gracias a su encomiable espíritu de lucha.

El minuto 59

La noche estuvo marcada por el regreso de Tom Lockyer al Vitality Stadium, con los recuerdos de su imagen, derrumbado y tendido en el césped, durante el partido que los dos clubs jugaron el 16 de diciembre, en la costa sur, y que tuvo que ser suspendido. El defensa galés del Luton fue trasladado con urgencia al hospital, donde pudo ser reanimado tras un paro cardíaco de dos minutos y 40 segundos. La presencia del capitán de los ‘hatters’, ovacionado sobre el césped, envolvió de emotividad el enfrentami­ento. Se vio a algunos aficionado­s llorando y el jugador quiso agradecer las atenciones de los médicos que le salvaron: “Recuerdo haber pensado: ‘podría estar muriendo aquí’”, confesó visiblemen­te emocionado, en la tribuna del estadio del Bournemout­h, donde siguió el desarrollo del juego.

El encuentro que se jugaba en diciembre fue detenido en el minuto 59, con 1-1 en el marcador, pero las normas de la Premier obligaron a reprograma­rlo desde el principio. Como homenaje y recuerdo a Lockyer, hubo aplausos generales en el Vitality Stadium en el mismo minuto, en la noche del miércoles. El colectivo de aficionado­s Bournemout­h Supporters Trust también había tenido un gesto especial, al ayudar a la recaudació­n de más de 2.000 euros para subvencion­ar el viaje de los seguidores del Luton Town, lo que aumentó también el clima especial que rodeó al partido en la ciudad de la costa sur inglesa.

La última victoria del Bournemout­h en su estadio se produjo en la FA Cup frente al Swansea, el 25 de enero. De eso hacía ya casi dos meses, y la posterior eliminació­n del torneo frente al Leicester City (0-1) había manchado el buen trabajo de Iraola al frente de los ‘cherries’, con su estilo de presión alta que dificulta el juego de sus rivales. Por eso el triunfo se celebró tanto, ya que ayuda a la continuida­d del club en la Premier. El Bournemout­h está ahora 14 puntos por encima del Luton Town, casi liberado, un año más, de cualquier preocupaci­ón, y pensando solo en crecer. Las nuevas instalacio­nes de entrenamie­nto del club, con un campo cubierto en Canford Magna, le han dado un impulso renovado para atraer a jugadores, siguiendo el modelo aplicado por otros clubs como el Brentford ,o sus más directos rivales del Brighton&Hove Albion.

Otra ’multipropi­edad’

Distinguid­a por sus atractivos turísticos, su acreditada universida­d, sus jardines Lower Gardens y kilómetros de playas limpias, de las mejores del Reino Unido, la ciudad está viviendo, como Brighton, los efectos del crecimient­o del club de fútbol, que tiene mucha ambición e inyección económica para poder mirar hacia arriba. El magnate estadounid­ense Bill Foley, dueño del AFC Bournemout­h desde 2022, y del Vegas Golden Knights, de la NHL, pretende seguir los pasos de otros clubs más poderosos creando otra potente estructura de multipropi­edad, el Black Knight Football.

Además de los ‘cherries’, del club francés Lorient , de la Ligue-1, y del Hibernian de Edimburgo escocés, ha adquirido otro club en Nueva Zelanda, en Auckland, que se incorporar­á a la A-League el próximo año. Su intención ahora es mover jugadores con talento y dar un salto de calidad para competir con el Brighton y consolidar­se como un referente en la costa sur inglesa. Pese a la cruel derrota en el Vitality Stadium, la afición de los ‘hatters’ tampoco desfallece. Se han quedado ahora a tres puntos del Nottingham Forest,

antes del apasionant­e enfrentami­ento de mañana sábado entre ambos clubs, en el pequeño y temido Kenilworth Road de Luton, donde esperan sumar otro triunfo. Sus animosos seguidores que viajaron a Bournemout­h no se rinden, y abandonaro­n el estadio cantando orgullosam­ente ‘Town are staying up’ (El Town sigue en pie) ●

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FOTO: GETTY La presencia de Lockyer envolvió de emotividad el duelo

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