Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El efecto Pigmalión
Hace 60 años se empezó a estudiar la relación entre el mes de nacimiento y el éxito académico. La conclusión fue que los niños nacidos en los primeros meses del año tienen más posibilidades de éxito.
En 1994 dos profesores de la Universidad de San Francisco Javier (Canadá) estudiaron el mismo efecto en el deporte. Su investigación se centró en los jugadores profesionales de hockey hielo de Canadá. Vieron que el 66% de los jugadores había nacido en el primer semestre del año y el 34% en el segundo.
Hace años se acuñó el término RAE, que significa Efecto relativo de la edad. Los niños nacidos en los primeros meses del año son más fuertes y maduros, pues se han desarrollado un poco más que sus compañeros de equipo de los últimos meses del año. Esto provoca que sus entrenadores les den más confianza y oportunidades, ya que su objetivo, consciente o no, es ganar. Es el efecto Pigmalión, también conocido como efecto Rosenthal, un fenómeno que se utiliza en psicología y pedagogía para referirse a la potencial influencia que ejerce la creencia de una persona en el rendimiento de otra. Dicho de otra manera: a quienes damos más confianza, progresan más.
En un artículo publicado en 2018, varios investigadores ofrecieron los resultados del análisis de los 484 futbolistas de primera división española masculina de la temporada 2016-2017 y de las 361 futbolistas de la primera división española femenina en la misma temporada. El 61,98% habían nacido en los primeros seis meses del año, y la distribución por trimestres era esta: 34,3%, 27,69%, 21,49% y 16,53%, es decir, que si habías nacido en el cuarto trimestre del año, tenías la mitad de posibilidades de jugar en la primera división que un deportista nacido en el primer trimestre. Como curiosidad, cuando analizaron el RAE en función de la posición en el terreno de juego, los más afectados eran los defensas y los delanteros. El 68% de los defensas habían nacido en el primer semestre del año y el 32% en el segundo. En el caso de los delanteros la relación era de 63% a 37%.
A mi amigo Pepe, que pesa 100 kg y nació en el mes de diciembre, le consoló mucho conocer este dato, por fin pudo entender por qué no fue un deportista de élite, y por qué se ‘retiró’ del deporte a los 13 años. Fuera bromas, podríamos pensar cuántos niños habrán abandonado el deporte y cuánto talento se habrá perdido por no haber dado a los niños más oportunidades, al enfocar el deporte de base de una manera demasiado competitiva y cortoplacista, obsesionada con el resultado, con la clasificación y el éxito. No lo estamos haciendo bien. Lo explica bien el psicólogo Santiago Coca :el deporte de base es “el tiempo de formación de un futbolista, es un tiempo de paciencia, aprendizaje, creatividad espontánea, de posibilidades”.
Una manera de paliar este problema es organizar la competición del deporte de base por categorías que engloben una sola edad, no dos, pero también ayudaría y mucho no dar tanta importancia a la competición y al resultado. Los primeros beneficiados serían los niños, que disfrutarían más del deporte, y como consecuencia, llegaría más talento a la élite.