Iparralde dice agur 35 años después
Con la retirada de Xala, no quedan manistas profesionales del otro lado del Bidasoa
El próximo domingo, en el Astelena de Eibar, colgará el gerriko el mejor pelotari profesional de mano en frontón de pared izquierda que ha dado Iparralde: Yves Sallaberry ‘Xala’. El único que ha logrado calarse la txapela de la competición por antonomasia: el Manomanista. Con ese título y los tres del Mano Parejas como principales éxitos, presenta un palmarés insuperable por ningún paisano suyo. A sus 36, se va porque Aspe, la empresa en la que ha militado desde que debutara a mediados del 2000, ha decidido no renovar su contrato. Queda por ver si el zurdo de Lekuine volverá al trinquete, modalidad de la que salió para triunfar en Hegoalde, o si hará sus pinitos veraniegos, como otros ilustres veteranos como Titín, con la modesta promotora Garfe. En cualquier caso, su salida rompe con lo que era ya una tra- dición instaurada tras 35 años. Y es que desde que Panpi Ladutxe debutara en 1981, siempre ha habido en la mano profesional algún pelotari de Iparralde. Cuando, el domingo por la tarde, Xala cuelgue el gerriko en el vestuario del Astelena, la Euskal Herria continental se quedará sin representantes tanto en el cuadro de Aspe como en el de Asegarce.
En lo que se refiere a la era moderna de la pelota, Ladutxe fue el pionero y, posteriormente, el artífice de que unos cuantos paisanos suyos, Xala entre ellos, se aventuraran a explotar su talento en los frontones peninsulares. El de Azkaine debutó tarde, a los 26 años, pero enseguida encandiló al aficionado con su juego atrevido, vivaz, pleno de técnica, forjado en el trinquete, del que fue campeón mundial como aficionado en 1974. Siete años después inició en Haro una brillante carrera como profesional de la pared izquierda, en la que destacan sus dos títulos del Mano Parejas junto a Joxean Tolosa a finales de los 80.
Ladutxe se retiró en el Deportivo de Bilbao en 1994, con 39 años. Pero, para entonces, ya había otro labortano en el campo profesional: Philippe Hirigoyen. El zaguero de Baiona debutó tres meses después de perder la final indvidual de los Juegos de Barcelona’92 frente a Rubén Beloki (22-12). Su trayectoria fue discreta, aunque llegó a ser subcampeón del Manomanista de Segunda de 1999, al caer por 22-16 ante un emergente Aimar Olaizola.
En 1998 se incorporó otro labortano, Sébastien Gonzalez, que venía de quedar subcampeón del mundo aficionado en México’98. Con el tiempo llegaría a ser la gran referencia de la mano profesional de Iparralde junto a Xala, que un par de años después pasaría a ser su compañero en Aspe.
Gonzalez, un habitual en las últimas rondas de los grandes torneos, se convirtió en el primer pelotari de Iparralde en ganar un campeonato individual de Primera, al batir a Juan Martínez de Irujo (22-18) en la final del Cuatro y Medio de 2009. Su carrera tuvo un final abrupto, con un desencuentro con la dirección de Aspe que derivó en la rescisión de su contrato en 2013.
Los éxitos de Xala y González llevaron a la agencia eibarresa a dar la alternativa a otros pelotaris de Iparralde. Así lo hizo con Thierry Harismendy y con Jean Claude Biscouby, que por entonces era toda una figura del trinquete. Pero esta vez el experimento no cuajó y ambos pasaron con más pena que gloria por las programaciones de Aspe.
Con todo, el ejemplo de Xala y González sí provocó al otro lado del Bidasoa que algunos chavales se decantaran por el frontón de pared izquierda,
en detri- mento del más arraigado trinquete. Uno de ellos fue Stephane Lemuno, nacido el Colombia, pero adoptado por una familia de Anglet. Debutó con Asegarce en 2010 y en 2013 ganó el Cuatro y Medio de Segunda. Un año después, la agencia bilbaína le dio la baja.
De momento, no se avista en Iparralde a nadie que pueda recoger el testigo del gran Xala. Fue elevado a los altares manistas cuando, en 2002, con solo 22 años, ganó su primera txapela del Parejas junto a Xala. Después llegarían las de 2007 junto a Eulate y la de 2010, formando sociedad con su buen amigo Aitor Zubieta. Un año después llegaría el momento cumbre de su trayectoria deportivo, cuando ganó contra todo pronóstico a Aimar Olaizola (19-22) en una de las más memorables finales del Manomanista. Un partido con una carga emocional impresionante, puesto que la LEP.M llegó a descartarle después de que, dos semanas antes de la fecha inicial del 19 de junio, el de Lekuine tuviera que ser operado de apendicitis. Se llegó a designar a Bengoetxea VI como su sustituto para medirse a Aimar. Pero Xala plantó cara a la medida, la cual criticó en una comparecencia pública, y Aspe reculó. La final se jugó el 3 de julio y el zurdo labortano firmó una actuación primorosa, remontando un 17-10, que quedará para el recuerdo de los pelotazales. Se va un artista, un pelotari de una clase tremenda, al que solo se le puede achacar cierta frialdad y una irregularidad acentuada en los últimos años por los problemas físicos, en especial los de espalda. Únicamente el hecho de haber coincidido en el tiempo con dos monstruos de la talla de Olaizola II e Irujo le ha privado a Xala de haber rubricado un palmarés aún más esplendoroso
Desde que Ladutxe debutara en 1981, siempre ha habido algún pelotari de allí Hirigoyen, Gonzalez, Harismendy, Biscouby y Lemuno han jugado también en estos años