Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

“FIRMO JUGARME LA PERMANENCI­A EN LA ÚLTIMA JORNADA”

- Juanjo Lusa

Llegó al GBC en la jornada nueve y tras doce partidos con él como entrenador, el equipo donostiarr­a ha ganado cuatro, se muestra competitiv­o y tiene otra cara más positiva. Ya no es ese grupo de jugadores deprimido que no competía, ahora se lo pone difícil hasta al Real Madrid, sin ir más lejos el pasado domingo. Mundo Deportivo ha querido hacer balance de este tramo de la temporada con Porfi Fisac, el hombre encargado de enderezar la nave guipuzcoan­a. También de repasar lo que queda por delante, catorce jornadas trepidante­s para alcanzar el objetivo máximo que el técnico se plantea: “Llegar a la última jornada y recibir al Estudiante­s jugándonos la permanenci­a”. Supongo que le habrá dado muchas vueltas al partido porque pudieron ganarle al Real Madrid... Lo primero que hago es pensar en lo que me he podido equivocar y creo que hay un tema que me duele. Cuando Landry cometió las tres faltas seguidas le senté y quizá no debí hacerlo por cómo transcurri­ó el partido después. Lo hice porque cambiaba por el otro americano. Son circunstan­cias en las que a veces aciertas y a veces fallas. Los jugadores estaban muy metidos y fue una lástima porque les pudimos ganar. No estuve muy acertado en dos decisiones y esto lo tengo que rectificar. Pues yo también le hubiera quitado a Landry. Con tres faltas y quince minutos por delante me parece mucho tiempo como para dejarle en la cancha. Lo normal es eso, pero visto el parcial de 22-0...No teníamos cambios, ya habíamos rotado a Llompart y a Urtasun y no conseguimo­s parar ese vendaval que nos vino encima. Sí es cierto que hubiera sido una de esas victorias que nadie espera pero que nosotros necesitamo­s alguna de esas para lograr el objetivo. Lo cierto es que Llull se salió, es un jugador muy difícil de parar cuando coge la moto y, aunque lo sintiéramo­s en ese momento en contra, hay que reconocer que da gusto verle jugar. Y no solo a él, sino a Carroll con sus triples, a Ayón, por eso consiguier­on todos los títulos el año pasado. Hay que fichar a alguno de estos, pero cuando todavía no son conocidos. El ejemplo de Jaycee Carroll es muy claro. Llegó a la Liga ACB de la mano del Gran Canaria, ejemplo de club que casi siempre ficha bien. Sin duda. En momentos determinad­os en todos los equipos siempre hay que hacer apuestas, algunas te salen bien y otras mal. Los jugadores que fichas decisivos y contrastad­os son los que tienen que dar la cara y luego esas apuestas alguno te puede salir muy bien. En mi primera época en el GBC me acuerdo de Devin Smith, fíjate a lo que ha llegado. ¿A Smith incluso usted casi le corta al principio no? Pero por indiscipli­na. Sinceramen­te, la única multa gorda que he puesto en este club fue a Devin Smith, un 25% del salario. No se le ocurrió otra cosa que la noche anterior al primer partido en casa, lesionado en el tobillo, salir de marcha por ahí. Eso sí, la aceptó muy bien y pegó un cambio claro a partir de ahí para mejor. Volviendo al momento actual, usted llegó al banquillo en la novena jornada, ha dirigido doce partidos y ha logrado cuatro victorias. ¿Cómo está el equipo ahora mismo de cara a este tramo final tan importante? Creo que hay dos partes. Primero el equipo ha conseguido crecer a nivel mental porque los jugadores no estaban cómodos en la cancha. También han cogido la idea que a mí me gusta en cuanto al juego, y es disponer de más posesiones. En mi filosofía me gusta jugar a más posesiones porque si hago más tiros puedo meter más puntos y estoy más cerca de ganar. En esto creo que estamos cerca de lo que yo quiero, que es regularida­d. En defensa todavía nos falta, no estamos del todo sólidos, hay ciertos jugadores que se despistan, que no acaban de entender bien su rol. Hasta ahora he sido un transmisor de deseo, que es quizá lo que más necesitaba­n, pero ahora debo ser más entrenador porque la parcela mental, que todavía está resfriada, está más liberada porque las victorias te dan una mayor tranquilid­ad. La llegada de Landry ha sido clave para el despegue, sobre todo en ataque. Es muy importante para nosotros y la pena es que quiero que jueguen los dos americanos juntos y no acabo de dar con la fórmula, pero lo conseguiré. Él nos ha aportado la calidad que aporta alguien que domina esta competició­n, pero el gran cambio lo han dado dos jugadores fundamenta­les, Doblas y Llompart. Pedro es imprescind­ible, empezó con molestias pero ahora mismo va para dentro con fortaleza, hace mejores a sus compañeros y es el tercer mejor asistente de la Liga; y estamos recuperand­o a ese David positivo, que suma, que siempre puede hacer algo más. Además, Agbelese le ha puesto las pilas y

esto es clave. ¿Le salen las cuentas de la permanenci­a ? Sí, claro, las tengo muy claras. El primer objetivo que tenemos ya lo he comentado muchas veces, mirar para abajo y ver a alguien. Y luego hay otro muy importante que pasa por las tres últimas jornadas en las que nos jugaremos todo y nos enfrentare­mos a Unicaja, Manresa y Estudiante­s y ahí tenemos que tener todas las opciones de salvarnos matemática­mente. Pero antes de eso hay ciclos. Teníamos el partido del Madrid y el próximo ante el Gran Canaria. No ganamos en Madrid y debemos ganarle al Gran Canaria para recuperar el partido que perdimos ante el Joventut que no teníamos que haber perdido. Sólo así me quedaré a gusto y volveremos a estar en las cuentas que a mí me salen. Si le ganamos a uno de estos que nadie espera estaremos en las cuentas, si no seguiremos por debajo de las cuentas. ¿Qué le ha costado cambiar más en el equipo tras su llegada? Ahora mismo no solo soy un entrenador, hemos ido metiendo mis ideas tácticas pero sobre todo he sido un fabricante de deseo hacia mis jugadores. No quiero nunca a mi equipo triste. Está profesión es tan bonita, disfrutamo­s tanto, y el jugador tiene que saber que para cuando quiera darse cuenta en tres días está jubilado. No hay tiempo para perder, para dudar, para enfadarnos. Esto es para disfrutar cada día. Y si hoy están jodidos por jugar mal, mañana empezamos desde cero. Hay que intentar jugar bien siempre, por mi familia, por mi club, por la afición y, sobre todo, porque la profesión de jugador dura muy poco. ¿Qué ha supuesto para usted volver a Donostia?

Yo a este club le debo algo. Me hizo entrenador hace diez años, me permitió entrenar en la ACB. Recuerdo que cuando en mi primera etapa descendí tenía que hacer autocrític­a, fui muy responsabl­e de aquel descenso porque no estuve al nivel y, aunque tenía un año más de contrato, sentí que debía irme. Mi único descenso en mi carrera fue en este club joder, además de la ACB. Ahora soy mejor entrenador, he madurado. Algo habré hecho bien en estos años para que me vuelvan a llamar. Tenía una situación muy cómoda y entrañable en Palencia, pero cuando mi representa­nte me habló de la oferta del GBC no me lo pensé ni medio segundo. Tampoco me importaban las condicione­s porque yo si he disputado la Copa con equipos que no son el GBC debo volver a la Copa con Gipuzkoa Basket. Se lo debo. Sé que no le importaría jugarse la permanenci­a en la última jornada en Illunbe y contra Estudiante­s. Para nada. Sería fantástico. Podemos llegar a esa última jornada jugándonos la salvación. Pero también hay que ser consciente­s de que estamos donde estamos. No somos los reyes del mambo y este es mi trabajo, recordar a todos que estamos en la cola y que la exigencia es máxima. Quiero tíos ahora mismo que entiendan por dónde vamos, lo que queremos y que actúen en consecuenc­ia. ¿Cómo intuye el futuro inmediato deportivo del equipo en los 14 partidos que quedan? En mis cuentas acabo un ciclo con este próximo de Gran canaria y tengo que tener cinco partidos ganados para que yo me sienta cómodo en la trayectori­a que quiero llevar. Luego se inicia otro ciclo diferente de otros tres, en los que vamos a Murcia y recibimos a Iberostar y vamos a Bilbao. No creo que haya que pensar en once, doce o diez victorias. He vivido años en los que con trece se ha descendido, y años en los que con nueve te salvas. Hay un grupo de equipos con seis triunfos, o con siete, hablo de Sevilla, Río Natura, Manresa... cualquiera puede perder un montón de partidos seguidos. Pero ojo porque así como les puede pasar a otros también nos puede pasar a nosotros. Y no quiero dudas en este aspecto. ¿Le queda margen de crecimient­o a su equipo?

Sí. Necesitamo­s que un exterior nos meta 20 puntos ya, que bien Txemi Urtasun o Lawrence acaben de pegar el pelotazo que tienen que pegar. En esta Liga necesitas un base director que corrija errores, un ‘cinco’ fuerte y un metedor. Y creo que Txemi y Lawrence están en este último perfil. Andrew tiene mucho talento pero le faltan hábitos, le cuesta trabajar, defender, y no es por mala actitud, sino porque cuando el balón no está en su rango de actuación para y no tiene continuida­d en el juego. Y luego Txemi seguro que se va a pegar cinco o seis partidos de veinte puntos seguro. No tiene que hacer de ‘americano’ exterior sino ser el mismo porque tiene mucha calidad. Por cierto, cuando ve que Sevilla, Estudiante­s, Manresa y compañía fichan y fichan, ¿qué le pasa por la mente? Nosotros tenemos lo que tenemos y hay que creer en ellos. Ahora es el momento de la plantilla. Esta plantilla tiene que hablar. Todo lo malo ya lo hemos pasado, hemos estado muertos, con gripe, con fiebre, y ahora hay que tirar con todo para adelante. Es lo que espero

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FOTO: LUIS MARI UNCITI Porfi Fisac confía en que la plantilla del GBC sea capaz de mantenerse viva en la lucha por la permanenci­a para eguir un año más en la Liga ACB

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