Festín del Valencia y Santi Mina
Gran triunfo del equipo ché, que goleó al Rapid de Viena y sacó billete para octavos
n Tras meses malviviendo a base de pan duro, y a veces ni eso, el Valencia se dio ayer un festín. Con un Santi Mina desbocado, atropelló a un inocente Rapid de Viena con cinco tantos en los primeros treinta y cinco minutos. Eliminatoria resuelta, billete para octavos e inyección de autoestima ‘che’.
El delantero gallego abrió el marcador cuando apenas había arrancado el choque, anotó también el cuarto y dio las asistencias de los otros tres tantos de la primera parte. Un recital que permitió a Mestalla disfrutar de un partido, algo tan simple como impensable hace sólo cinco días.
El triunfo ante el Espanyol parece haber liberado al equipo. Desde el inicio el Valencia saltó las flojas costuras de la defensa austriaca por los costados. Pero, además, su rival se lo sirvió en bandeja.
Tras recibir el primer tanto, obviando cualquier lógica en una eliminatoria a doble partido, adelantó al máximo sus líneas y dejó totalmente desguarnecida una retaguardia que Mina dejó hecha jirones. Suyos fueron los servicios para Parejo, Negredo y André Gomes que completaron el regalo para Gary Neville. El técnico inglés desde que aterrizó en Mestalla apenas ha hecho otra cosa que capear como buenamente ha podido el temporal pero celebró su 41 cumpleaños haciendo historia.
Hasta ayer ningún equipo había marcado una ‘manita’ en la primera mitad de un partido de este torneo y el suyo lo hizo. El suyo y el de Ayestarán, porque su nuevo ayudante no pudo tener un mejor estreno. Pero sea cual sea su peso en el cuerpo técnico, a nadie le importará demasiado quién es el primero y quién el ayudante si empiezan a ganar con una frecuencia razonable. Porque aún falta por ver si ha llegado al final del desierto o si en su deambular sin rumbo ha topado con un oasis. La parada el domingo en Granada, será un buen observatorio.
En la segunda parte no pasó casi nada, apenas un par de ocasiones para cada equipo y el gol de Rodrigo en el último minuto. Pero dio tiempo a que Mestalla se relamiera