21 millones después
Si todo marcha según lo esperado, Willian José será jugador de la Real en las próximas horas. El acuerdo es total y falta que el ‘9’ pase el reconocimiento médico para que se pueda vestir la txuri urdin. La operación estila un cierto aroma a improvisación y recuerda un tanto al fichaje de Diego Rivas por parte de Bakero. Si el club tenía a este futbolista como primera opción, que no tiene pinta, debería haber comenzado la pretemporada y estar ya jugando amistosos, pero no. Ha estado entrenándose en solitario buscando un acomodo que no le llegaba. ¿Y por qué no le llegaba tras haber marcado unos buenos nueve goles en 30 partidos en Las Palmas? Seguro que, entre otras cosas, porque sus derechos son del Deportivo Maldonado, el equipo que tiene detrás a un grupo inversor que lleva convirtiendo en culebrón los últimos tres veranos realistas porque también tiene a Rulli casi en régimen de esclavitud. Hace semanas que se conoce que la lesión de Agirretxe le va a obligar a estar de baja mucho más tiempo y que Jonathas está fuera de la Real. Y se ha fichado a un delantero sin equipo a menos de un mes para la Liga. Meses y meses de arduo trabajo de la dirección deportiva y la secretaría técnica para buscar jugadores válidos y entablar negociaciones, y al final el fichado es el futbolista que se luce contra ti, ya que Willian José fue quien ajustició a la Real en la Copa y en la Liga en Anoeta. ¿No recuerda al partidazo de Rivas que sedujo a Bakero? La apuesta es fuerte por Willian José, al que se le desea la mejor de las suertes, pero su fichaje es la confirmación de un doble fracaso: el médico, por todo lo relacionado con la eterna lesión de Agirretxe, y el deportivo, porque es el cuarto ‘9’ que fichan en cuatro años. Y los tres anteriores naufragaron. 21 millones invertidos. Una pasta