Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

LA REAL NO SE RINDE

Pierde ante el Barça por un penalti que regala, se le encarecen las semis de Copa, pero se rehace y roza el empate Lucha contra todos los elementos: el árbitro perdona dos veces la roja a Messi y pita un fuera de juego increíble a Zurutuza

- Ángel López

Si antes de jugarse el partido de ayer para plantarse en semifinale­s había que firmar una gesta, con el 0-1 de anoche, poco menos que debe mediar una heroicidad el próximo jueves en el Camp Nou para que la Real siga soñando con esta Copa del Rey. El Barcelona se lleva una ventaja mínima, pero poderosísi­ma, que se antoja casi imposible de voltear en el segundo acto, pero esta Real es capaz de todo. Y no se rinde, como demostró en el propio encuentro de la víspera de San Sebastián de ayer. Luchó contra todos los elementos para por lo menos igualar el marcador y dar una satisfacci­ón a los 28.000 espectador­es que ayer se decantaron por el partido antes que por la cena y algo de picante a la eliminator­ia. Pero ayer no tuvo el día. Y así se hizo más difícil en una eliminator­ia que ya le habían envenenado.

No sólo tuvo 53 horas menos de descanso que su oponente para preparar el partido, no sólo le programaro­n el partido en las horas más especiales del año para los donostiarr­as, a los que obligaron a elegir entre tambores o fútbol. También le colocaron a otro enemigo llamado González González, que cumplió con lo que se esperaba de él. Su labor no fue determinan­te en el resultado, pero sí favoreció sobremaner­a a los de siempre. Fue cobarde y no tuvo arrestos para echar a Messi, que le dio dos razones con amarilla para ver la roja: impedir el saque rápido de una falta y una entrada a Navas. Y además evitó un mano a mano de Zurutuza con Cillesen por un fuera de juego que no era por dos metros. Es vergonzoso. No debió hablar ayer Piqué.

‘Diles que se vayan...’

Los aficionado­s de la Real despidiero­n a los jugadores del Barça desempolva­ndo un cántico propio de Atotxa: ‘Diles que se vayan, de una

p... vez’. Dada la situación y lo desvirtuad­o que está el fútbol, que huele a podrido, quizá sería lo mejor que Barça y Madrid jugaran su Liga europea, se llevaran a sus González González, a Tebas y su chorreo de millones, del que sacan partido sobre todo los multimillo­narios del césped, y ya está. No sería tan gra- ve, Aperribay. El Celta le puede arruinar a Tebas su final de los 14 millones de espectador­es. No sabe lo que hace.

Relatado esto, dos matizacion­es: la Real hizo un partido feo, lleno de imprecisio­nes, de los peores de la temporada en casa. Achuchó y sometió al Barça en el tramo de la segunda parte en el que González González salió al rescate del poderoso, pero no chutó entre los tres palos. Y la segunda: hoy se da todo por perdido, pero hay un partido de vuelta y la ventaja culé es mínima. Las finales y mucho más los títulos se consiguen con episodios épicos. La Real no ha entregado la cuchara.

No, el partido no se pareció en nada al de Liga, en el que la Real pasó por encima del Barça, y , paradóji-

Fue una Real más fea que de costumbre, más imprecisa, pero siempre orgullosa

camente, obtuvo un resultado no tan distante al de ayer. Como entonces, Eusebio empleó a sus mejores hombres -Aritz por Carlos Martínez fue el único cambio con respec-

to a aquel partido-, pero le faltó la correa para morir en la presión adelantada, como hizo el 27 de noviembre, cuando asfixió al Barça.

Además, los culé venían aleccio- nados y contraatac­aron con la misma arma: una presión adelantada que la Real no terminó de superar con eficacia. Illarra naufragaba sin espacios, Vela no desbordaba cuando agarraba el cuero y a Zurutuza le faltaba la frescura de entonces. Eso sí, el inicio fue casi igual de fulgurante y en el primer medio minuto, Piqué agarró levísimame­nte a un Willian José que pidió penalti. La caída posterior de Neymar por la zancadilla de Aritz no le debió parecer tan leve al colegiado. Antes de ello, Umtiti regaló el cuero a Oyarzabal, que hizo soñar a Anoeta con otro gol por la escuadra.

Pero el que marcó fue Neymar, que estaba erosionand­o a Aritz con quiebros y carreras. Temeroso, el defensa cometió un penalti un tanto párvulo tras un recorte del brasileño, que tampoco se quedaba en situación de marcar. Anotó el brasileño y los sueños parecían esfumarse.

Pero el Barça nunca estuvo cómodo, tampoco gozaba con el balón, Messi lo agarraba muy lejos del área y había un estado de sobreexcit­ación de los culé un tanto extraño.

Antes del descanso, un chut de Illa- rra que pegó en un rival y un cabezazo de Navas hicieron concebir esperanzas. Tras el intermedio, la Real salió más enchufada, más descarnada. Neymar la tuvo en un control fallido y un chut que cruzó demasiado, pero era la Real la que presionaba y gobernaba el esférico, lanzada por un creciente Zurutuza. El árbitro se hizo de cuerpo y no echó a Messi y esto encorajinó aún más a los txuri urdin, que paladearon el empate con un chut cruzado de Yuri que salió coqueteand­o con el palo y un cabezazo postrero de Illarramen­di. Messi en un libre directo y Piqué no anduvieron lejos de sentenciar al final.

Esta Copa ya ha dado mucho, pero aún no ha muerto. A ver si San Sebastián echa una mano

El dato Nunca ha remontado Nada es imposible,pero la Real nunca ha remontado una ronda copera que empieza perdiendo en casa

El Barça apretó, golpeó y estuvo incómodo siempre: queda la vuelta del jueves

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FOTO: EFE Neymar engañó a Messi para hacer desde el punto de penalti el único gol del partido
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FOTO: UNCITI González González que en la imagen discute con Prieto, fue protagonis­ta del partido

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