AL BORDE DEL DESASTRE
Un penalti a Neymar transformado por Messi a dos minutos del noventa y un Ter Stegen colosal evitaron el adiós a la Liga El 1-0 de Leo a los tres minutos hizo presagiar un triunfo fácil, pero después vino hora y media de nervios y mal rollo
Menos mal que Messi raramente perdona. Porque de haber fallado el penalti de Mantovani sobre Neymar a dos minutos del noventa, el polvorín en que anoche se había convertido el Camp Nou habría estallado por los aires junto con las opciones del Barça de seguir luchando por la Liga. Al conjunto azulgrana le costó muchísimo doblegar a un recién ascendido Leganés que llegó a desatar la tormenta con el momentáneo empate de Unai. Messi había marcado pronto, pero su gol dio paso a hora y media de nervios, mal rollo, errores graves en defensa y falta de recursos para derribar el muro de un Leganés que puso contra las cuerdas al Barça. Aparte del gol ‘pepinero’, Ter Stegen fue salvador y, ya en el límite, Messi no falló y transformó el providencial penalti.
En una atmósfera enrarecida por la hostilidad de un sector del Camp Nou hacia Luis Enrique, el Barça no se encontró a sí mismo. Sin frescura, a pesa r de que la entrada en el partido había tenido la intensidad exigible, lejos de la aparente indolencia de otros días, el conjunto azulgrana exhibió una preocupante falta de ideas y recursos para superar el planteamiento de un Leganés que hizo daño al contragolpe a un Barça inconexo.
A pesar de que el gol de Messi a los tres minutos debería haber servido como lanzadera, al equipo azulgrana le costó mucho dar réplica a un Leganés que se ciñó a un guión clásico: líneas juntitas y presión cerquita de su área, cerrando los espacios, para salir rápido en busca de las contras de El Zhar tras recuperar el balón.
Ter Stegen, de hecho, se convirtió en la pesadilla del franco-marroquí. De no ser por sus intervenciones, el drama ya se habría apoderado del Camp Nou antes del descanso. Primero, una doble intervención al cuarto de hora, saliendo a los pies del delantero en una contra rapidísima y atrapando el remate posterior del propio El Zhar. Y, ya en la última jugada del primer acto, ‘mano’ providencial del meta alemán para despejar un chut del mismo El Zhar en segunda jugada de un córner.
La defensa que alineó Luis Enrique estuvo irregular, con despistes alternativos de uno u otro y con tendencia a no ganar las segundas jugadas, donde la media no existía. Todo ello pese al madrugador 1-0, en una recuperación de Rafinha, que combinó con Neymar. Éste pasó en profundidad por la izquierda a Suárez, cuyo centro como extremo encontró en el área pequeña a Messi, que no perdonó.
Messi, enjaulado
Leo escapó pocas veces del control impuesto por Garitano, que también dispuso una vigilancia especial sobre Neymar por parte de Tito. Leo buscó líneas de pase para erigirse más en pasador y así llegó una pared con Suárez con tiro final que detuvo Iago Herrerín.
Al conjunto azulgrana, con André Gomes como medio centro flanqueado por Rakitic y Rafinha, le costaba traducir su juego combinativo en dominio real, pero le era incluso más difícil mantenerse firme tras las pérdidas de balón. Ter Stegen volvió a ser determinante tras un mal despeje de Umtiti que dejó solo al hombre más en punta del 4-5-1 del Leganés, Guerrero, cuyo remate fue repelido por el meta. Hasta que el cupo de milagros se agotó. Garitano puso en liza dos hombres de refresco que materializaron el 1-1. Después de que Rafinha tuviese el segundo gol en sus botas en una internada cuyo remate final fue sacado bajo palos por Rico, Sergi Roberto perdió un balón ante la presión de Guerrero y Machís, recién entrado, pasó hacia atrás a Unai López, cuyo remate hizo un extraño y no pudo ser rechazado con las piernas por Ter Stegen.
La reacción fue dar entrada a Iniesta y Denis Suárez en la medular, pasando Rakitic al medio centro. Con el Leganés perdiendo tiempo de todas las formas posibles, fue un penalti de Mantovani sobre Neymar, indiscutible, lo que evitó la tragedia a dos minutos del noventa. Messi no perdonó desde el punto fatídico. Sigue habiendo Liga, pero se ha abierto una brecha entre el Camp Nou y el equipo