HOY, ANOETA; MANANA, EUROPA
La Real y el Eibar libran esta tarde una pelea de gallos en pos de afianzar sus opciones continentales Eusebio podría mantener su actual ‘once’ de gala y Mendilibar anuncia rotaciones por la carga de partidos
El duelo se librará esta tarde en Anoeta y mañana será en Europa. Pelea de gallos entre dos aspirantes guipuzcoanos que proyectan tener que compaginar Liga y Copa con una competición continental la próxima temporada. La escuadra txuri urdin sueña con resarcirse en la próxima edición de la Champions League de su mal papel de hace tres años. La aspiración armera es ver recompensada su extraordinaria trayectoria con su primera participación europea, gesta impensable hace unos años y más real que nunca ahora. Anoeta será escenario no solo de un derbi provincial, sino de un duelo de altos vuelos entre dos de los conjuntos más forma del campeonato. Y los dos son de la provincia más pequeña. Mérito ya tiene.
Real y Eibar ya ocupan plaza europea, los de Eusebio son quintos y los de Mendilibar ocupan la séptima posición, que, si se cumple una aplastante lógica futbolística, también dará lugar a jugar las previas de la Europa League porque lo normal es que el Barça le gane al Alavés en la final de la Copa del Rey. No obstante, aunque ‘a la guipuzcoana’, haciéndolo más que pregonándolo, currándoselo básicamente, donostiarras y armeros aspiran a más. Y el vencedor de hoy pasará la noche abrazado a su objetivo porque, por lo menos de manera temporal, lo habrá alcanzado. Si la Real gana, superará al Atlético de Madrid, que visita a Osasuna, en dos puntos y será cuarta. Si el Eibar profana el santuario txuri urdin, sobrepasará al Villarreal y se quedará sexto. No, no le faltan alicientes al partido. Y todos son positivos.
Trayectorias de ensueño
Y es que la trayectoria de ambos contendientes, rivales directos en la actualidad, es sensacional, impensable al inicio de la campaña. La Real suma 14 triunfos en 24 partidos, su segundo mejor registro del último medio siglo. Aunque perdió en su último encuentro en Anoeta, ante el Villarreal, ha ganado cinco de sus últimos siete partidos y en su casa se siente poderosa, siempre manda.
El Eibar llega con una carta de presentación temible: ha ganado cuatro de sus últimos cinco partidos y en el que perdió, el del Sánchez Pizjuán, dio una imagen fantástica de equipo rocoso y bien construido. A sus virtudes normales de organización y poderío, se le unen este curso el gusto por el balón y el talento y el estado de gracias de un tridente que esta barrenando defensas: Enrich (10 goles), Pedro León (7) y Adrián (6). En el partido de la primera vuelta, derrotó 2-0 a la Real con tantos de Illarramendi en propia meta y de Bebé.
Se espera que Eusebio, que ayer repitió la convocatoria de los dos últimos partidos, conserve su ‘once’ ideal de la actualidad, que no es tal porque sigue faltando una pieza vital como José Willian José, al que se le espera ya después del parón liguero. No encuentra la manera de funcionar Juanmi como
VUELTA AL TEMPLO La Real ha ganado 7 de sus 12 duelos ligueros en Anoeta
CONVOCATORIA Eusebio repite la lista de 18 por tercera semana
CAMBIOS ARMEROS Luna por Capa, Peña por Inui y Dos Santos por Ramis
falso delantero, por lo que no se pueden descartar otras opciones como la de Bautista o la introducción de un jugador como Canales o Concha por la izquierda para colocar a Vela u Oyarzabal de ‘delantero mentiroso’. Cuesta creer que haya cambios en los 10 restantes elementos del equipo.
La principal novedad en el Eibar, que viene de golear (3-0) al Málaga es la ausencia por sanción de Capa. Se entiende que al vizcaíno le sustituirá Luna en el ‘once’ inicial, lo que provocará que Arbilla se mude desde la banda izquierda a la derecha. Habida cuenta de que Mendilibar indicó ayer que realizará “tres o cuatro” cambios en su ‘once’ inicial, es probable que Dos Santos entre por Ramis en el eje de la zaga y que Peña haga lo propio por Inui en la izquierda del ataque, como ha sucedido en los dos últimos duelos fuera de casa.
Gipuzkoa es la ventana a Europa. Hoy más que nunca