Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

BARÇALA PIZARRA DE VALVERDE

El ‘Txingurri’ adaptó en el Athletic su sistema a las caracterís­ticas de los jugadores Con Ander Herrera solía apostar por un 4-3-3 y con Raúl García ha sido habitual el 4-2-3-1

- Iñaki Ugalde Bilbao

Ernesto Valverde es un entrenador fiel a sus ideas. No le suelen gustar las probaturas tácticas. Ni a nivel de sistema, ni incluso a nivel de jugadores. La disposició­n de sus hombres a ras de césped responde a un patrón habitual y en contadas ocasiones se sale del guión prefijado. El nuevo técnico del Barça, eso sí, sabe adaptarse a las caracterís­ticas de su plantilla.

En su primera etapa como entrenador del Athletic apostó de partida por el clásico 4-4-2. Aquel ya lejano 30 de agosto de 2003, día de su debut en Primera, los leones se midieron al Barça. Valverde arrancó su andadura con Urzaiz como suplente. El madrugador gol de Cocu y la incapacida­d de los dos puntas bilbaínos para hacer daño en ataque le obligaron a recurrir al navarro en el arranque de la segunda mitad.

Aquel Athletic, campaña 2003-04, se distinguió por jugar casi siempre en La Catedral con Joseba Etxeberria y Ezquerro abiertos a banda y Urzaiz como delantero centro. El 4-3-3 casero, sin embargo, se transforma­ba en un 4-4-2 lejos de San Mamés. A los leones les gustaba en aquella época atacar como siempre en Bilbao y fuera, en cambio, dejar llevar la iniciativa al rival para sorprender­le a la contra.

Una victoria a domicilio sobresalió por encima del resto: el histórico 1-7 frente al Standard de Lieja. Valverde optó aquel 16 de diciembre de 2004 por situar a Murillo, central habitual como defensa derecho, con Prieto, Gurpegi y Del Horno en la zaga y Aranzubia bajo palos; una media con Iraola, Orbaiz, Tiko y Yeste; y arriba Joseba Etxeberria y Ezquerro. Los leones, con un once más o menos similar, ganaron semanas después al Madrid en el Bernabéu.

A su regreso a Bilbao, en la que ha sido su segunda etapa como entrenador del Athletic, Valverde dejó de lado su 4-4-2 para apostar habitualme­nte por un 4-3-3. La presencia de Ander Herrera en la media punta, hombre clave en sus planes, le permitió mantener la apuesta de Bielsa con Susaeta y Muniain abiertos a banda y Aduriz como único estilete tras la marcha de Llorente. Junto a Txingurri llegaron aquella temporada (20132014) a Bilbao jugadores como Balenziaga, Beñat, Mikel Rico, Etxeita y Kike Sola, entre otros. El equipo acabó en zona Champions.

El Manchester United pagó en verano los 36 millones de euros de la cláusula de Ander Herrera y a Valverde se le planteó un serio problema en la media punta. Problema subsanado a base de cambios en la zona ancha, aunque manteniend­o siempre la idea de jugar con dos extremos y un delantero centro. Aquella fue la campaña en la que más variacione­s tácticas llevó a cabo.

En la Europa League 2015-16, tras caer como tercer clasificad­o en Champions, al Athletic le tocó en suerte el Torino. La escuadra italiana utilizaba entonces una defensa formada por tres centrales y dos carrileros. Los leones, con Williams ya en el primer equipo, se plantaron en Turín con su sistema habitual, pero recularon sobre la marcha hasta calcar el dibujo táctico de los locales (5-3-2) para pasar de perder por 2-1 a empatar y perdonar ocasiones para haber ganado incluso. Valverde optó por los tres centrales también en San Mamés, aunque tuvo que volver a variar de idea visto el 2-3 a favor visitante. La prueba global le salió rana.

Aquella misma temporada (20142015), el Athletic se clasificó para jugar la final de Copa frente al Barça. Casi un mes antes de aquel duelo, Valverde optó en el Calderón por realizar una prueba de cara a la cita del Camp Nou. Los bilbaínos, de tal manera, se plantaron a orillas del Manzanares con un 4-4-2 con Bustinza de lateral diestro y Mikel Rico de interior zurdo. La prueba sirvió para empatar a cero contra los colchonero­s, pero en Barcelona no dio idéntico resultado (derrota por 1-3).

El fichaje de Raúl García, posterior a aquella final de Copa, obligó a Valverde a un nuevo retoque en su sistema habitual de juego. El Athletic, con el navarro por detrás de Aduriz, pasó del 4-3-3 al 4-2-3-1. Un sistema prácticame­nte inamovible salvo en casos excepciona­les. La última visita copera al Camp Nou, por ejemplo. Los leones recuperaro­n aquella noche el 4-4-2 con Sabin Merino y Williams arriba.

El Barça ha sido el rival contra el que más probaturas tácticas ha realizado Valverde durante estos últimos cuatro años en Bilbao. Lógico porque ambos conjuntos se han tenido que ver las caras hasta en quince ocasiones (ocho en Liga, cinco en Copa y dos en Supercopa). Pese a variar el sistema, la apuesta del Athletic siempre ha estado encaminada a asumir el protagonis­mo. La idea suele ser la misma independie­ntemente del campo donde se dispute el encuentro en cuestión

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FOTO: AP Valverde ajusta sus sistemas a las virtudes de sus cracks

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