Un año sin parar de ver puerta
Se cumple el primer aniversario del fichaje de Juanmi por la Real, tiempo en el que ha deslumbrado con su olfato: 15 goles en 41 partidos
El pasado sábado parecía un día cualquiera para la Real. 10 de junio, ni fu ni fa. Una jornada más en la oficina. Realmente, hubo algo que celebrar: se cumplía el primer aniversario del fichaje de Juanmi, uno de los éxitos más rotundos del mercado contemporáneo txuri urdin. La nomenclatura oficial cifra un tránsito: del 2016 al 2017. Pero el sentido figurado bien podría tasar el año en un ‘dos mil diez y Juanmi’. La época en la que explotó el jugador que hasta aterrizar en Anoeta no terminaba de asentarse en el fútbol.
Puesto a regodearse entre los estereotipos, Juanmi Jiménez ha ido plasmando en la práctica todo lo que a un foráneo se le exige en la Real: marcar las diferencias, no ser un elemento del montón. Sus prestaciones son deslumbrantes un año después de su contratación: 15 goles en 41 partidos, datos repartidos entre Liga y Copa. Olfato de sabueso del gol.
Viendo marcar a Juanmi, la sensación es que se trata de un arte factible. Representa la impagable figura del goleador pragmático: prácticamente todos sus goles fueron al primer impacto con el balón. Remate sin necesidad de controlar. Un toque, gol. Fiar el centro a Juanmi, una garantía para el mensajero del fútbol, o sea, el pasador. 11 tantos en el campeonato doméstico y 4 en Copa.
Juanmi, codiciado en las oficinas de Anoeta desde tiempo atrás, ingresó en las filas de la Real con carácter oficial el 10 de junio del 2016. No es habitual que un futbolista andaluz triunfe en Inglaterra y con este prejuicio también cumplió a rajatabla: 12 partidos jugados en su temporada con el Southampton a cambio de cero goles. Los cinco millones de euros que costó su fichaje eran billetes de escepticismo.
Paciencia
Pronto, en la jornada dos contra Osasuna en El Sadar, espantó Juanmi a la mosca que sobrevolaba detrás de la oreja. Primer gol, primera victoria. Así hasta el final. Último gol realista del año, último punto y a Europa. Su cabezazo de Vigo ya es memorable para la familia de la Real porque valió una clasificación continental. Las dos dianas, en Iruñea y en Vigo, a la primera. Como si controlar antes de ejecutar estuviera sobrevalorado.
Si bien el instinto de Juanmi ha deslumbrado, su eficacia ha sorprendido habida cuenta de su protagonismo sobre el campo. No se le puede archivar en la carpeta de los titulares. En Liga ha salido desde el minuto 1 en la mitad de los partidos (19 de 38). Y ha participado en 35, por lo que en 16 encuentros ingresó en el césped en calidad de suplente.
Lo más virtuoso del malagueño fue que no perdió los papeles. Eusebio no ha apostado por sus servicios decididamente y, desde luego públicamente, Juanmi no ha pronunciado una palabra más alta que otra. Sí declaró en MD que se autodefine como “segundo delantero”, discrepando con la costumbre del entrenador de colocarle en los lados del ataque o como referencia.
Queda la duda de cómo rendiría Juanmi detrás de Willian José. A su sombra, el aluvión de certezas ha sido apabullante