El mejor regalo posible para ‘Seaska’
Los aficionados que se acercaron a Aguiléra disfrutaron con un partido vibrante que dejó curiosos detalles
El Parc des Sports d´Aguiléra es un campo familiar, rodeado de las clásicas villas que se ven al otro lado de la frontera, en Hendaya mismamente. Se podría decir que en el día de ayer fue un escenario ideal para acoger el encuentro entre Real y Saint-Étienne a favor del euskera y de Seaska, la asociación de ikastolas de Iparralde. Bonito acto el que se vivió segundos antes del pitido inicial con presencia de miembros de Seaska y los presidentes de ambos clubs
Como decíamos, acostumbrado a acoger partidos de alta tensión, por eso de ser el hogar del Biarritz Olympique de rugby, Aguiléra se erige como un recinto acostumbrado a eventos deportivos del más alto nivel. Quizá por eso, desde que uno pone pie en los alrededores nota que en el tema de organización nos llevan lustros de ventaja.
Daba igual que se jugara un amistoso veraniego entre dos equipos de fútbol punteros y clásicos de Europa, porque desde el acceso al parking hasta la entrada al campo, pasando por la seguridad, todo fue de lo más profesional. Una cita que desde los prolegómenos ya invitaba a la tranquilidad y a no volverse loco. No estaría mal que se cogiera nota de cómo hacen las cosas los vecinos en este tipo de asuntos.
Entre la afición hubo un claro vencedor, que no fue otro que el Saint-Étienne. Y eso que Biarritz se encuentra a 700 kilómetros de la capital del departamento de Loira, cerquita de Lyon. No quita para comprobar que la Real tiene tirón al otro lado de la ‘muga. Hubo bastantes camisetas txuri urdin, la mayoría pertenecientes a los incombustibles de Maite Taldea, presentes con su clásica pancarta en una de las esquinas.
La incorporación de Januzaj también ha hecho ganar algunos adeptos en Iparralde. Pero en las dos tribunas de Aguiléra predominó el verde, algo palpable echando un vistazo a los alrededores del campo media hora antes de que comenzara el encuentro. Y qué decir con el tempranero gol de Dabo, que fue muy celebrado por los más de dos mil aficionados que se reunieron en Biarritz.
Las peripecias de ‘Koxka’
El partido en suelo francés dejó algún que otro detalle más fuera de lo estrictamente deportivo. Como la larga y distendida charla que mantuvieron antes del pitido inicial Eusebio y Óscar García, nuevo técnico del Saint-Étienne, cargo al que accedió hace apenas un mes. El exjugador de Espanyol y Barcelona afronta una exigente tarea para la cual se ha rodeado de un cuerpo técnico de confianza y que, como él, habla castellano.
O la discusión entre Juan Carlos
Era un amistoso pero la organización se asemejó a la de una cita de competición
Andrés y el cuarto árbitro a la media hora de partido, originada por una falta de entendimiento al estar el vigués de pie y ordenando las acciones a balón parado. Punto y seguido para las peripecias de ‘Koxka’, la mascota del Biarritz Olympique que pasaba por allí y que tuvo bromas y ánimos para todos.
El que merece una mención aparte es el pobre recogepelotas que se encargó de pescar los balones que volaban por encima de una de las porterías, la que da a la carretera y a las viviendas cercanas. Se nota que el oval no suele marcharse tan lejos cuando es el Biarritz Olympique es el protagonista sobre el césped y el voluntario tuvo que ingeniárselas para recuperar alguna que otra pelota voladora.
El tercer amistoso de la Real en pretemporada fue, en definitiva, un emotivo homenaje a Seaska y al euskera en un campo y un entorno de lo más acogedor. También fue una prueba sólida para probar las piernas antes de marcharse a Holanda. Continúa el verano
Algún que otro balón voló por encima de la carretera para llegar a las viviendas cercanas