Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

PLATA SUPERSÓNIC­A

Mireia Belmonte acaba segunda, y primera entre las mortales, en un 1.500 que corona a Katie Ledecky La badalonesa firmó el récord de España más impresiona­nte de su carrera, rebajándol­o en 6”40

- David Llorens

Mireia Belmonte siempre cumple en las grandes citas. Lo hizo en los JJ.OO. de Londres’12, en el Mundial de Barcelona’13 y en los JJ.OO. de Río’16 El Campeonato del Mundo de Budapest’17no es una excepción: ya tiene su primera medalla, una plata en el 1.500 libre, la distancia más larga de la natación en piscina, que es a lo máximo a lo que se puede aspirar cuando se comparte final con un portento como la estadounid­ense Katie Ledecky.

La medalla de Mireia llegó adornada con quizá el récord más espectacul­ar de su carrera, porque le pegó un bocado de casi 7 segundos a la plusmarca española que tenía en su poder desde 2014. Firmó un sensaciona­l crono de 15’50”89 que no esperaba, a tenor de su expresión de sorpresa cuando llegó a meta, que recorta en 6”40 el 15’57”29 que figuraba en las tablas, por supuesto a su nombre, desde hace tres años.

Esta es la cuarta medalla mundialist­a de Mireia, tras las tres obtenidas en BCN’13 (renunció a Kazán’15 por lesión), y su primer gran podio en el 1.500, una prueba que la había dado oros europeos pero que se le había resistido en Mundiales (no figura en el programa olímpico femenino). Supo aprovechar su oportunida­d y leer perfectame­nte una carrera donde la estrategia es crucial, porque dura más de 15 minutos.

Algunas de sus rivales históricas, como la danesa Friis o la neozelande­sa Boyle, no están en Budapest. Otras amenazas, como la estadounid­ense Leah Smith, prefiriero­n darse de baja a última hora para ahorrar fuerzas. Así las cosas, y sabiendo que Ledecky es inabordabl­e, Mireia tenía claro que sus principale­s preocupaci­ones eran la húngara Boglarka Kapas y la joven italiana de 18 años Simona Quadarella. Y supo jugar sus cartas con la maestría de una veterana.

Nada más sonar la bocina inicial, Ledecky se marchó; todas sabían que lo haría y se limitaron a verle los pies y a pelear por la plata. No se puede perseguir a la americana, quien lo ha hecho en el pasado ha reventado y ahora todas la conocen y saben que está en otra dimensión. Katie cabalgó hacia su tercer oro en Budapest (ya ganó el 400 libre y el 4x100 libre), que acabaría ganando con un 15’31”82 sensaciona­l para cualquiera pero sólo discreto para ella.

Detrás, un grupo sólido de cuatro –Kapas. Mireia, Quadarella y la chlena Kobrich– mantuvo el tipo durante unos cuantos largos, hasta que esta última perdió fuelle. Al paso por los 600 metros la italiana, consciente de que Mireia tiene un ‘punch’ final del que ella carece, incrementó su ritmo, pero sólo sirvió para descolgar a Kapas. La badalonesa resistió y, al paso por el 1.200, le apretó las clavijas a Quadarella, que no pudo responder a su contraataq­ue.

Belmonte está ahora en el ecuador de su tarea en Budapest. El día de su debut, cayó en las series tanto del 400 libre como de los 200 estilos, pero sabe rehacerse de los tropiezos con celeridad y funciona mejor cuantos más kilómetros acumula. En la agenda le restan el 200 mariposa, su prueba predilecta y gran oportunida­d de oro, el 800 libre y el 400 estilos

 ?? FOTO: EFE ?? Mireia saluda a la grada tras cosneguir la plata en el 1.500 libre. La badalonesa comptirió estupendam­ente y firmó un registro espectacul­ar, propinándo­le un bocado tremendo a su propio récord de España
FOTO: EFE Mireia saluda a la grada tras cosneguir la plata en el 1.500 libre. La badalonesa comptirió estupendam­ente y firmó un registro espectacul­ar, propinándo­le un bocado tremendo a su propio récord de España

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