La palabra del entrenador
Holanda. Día 4, el de la primera jornada de entrenamientos completa en Harderwijk. Llegamos al ecuador de la semana, pero no de la gira, que nos llevará hasta el miércoles que viene. Bueno, hasta este día les llevará a los jugadores y los técnicos, que retornan en un chárter, y hasta el jueves a los dos humildes juntaletras desplazados, que deben desplazarse en vuelo regular y éstos escasean por la noche. Será que ya es un clásico del lugar, pero la Real no está generando expectación este año en esta zona tan bucólica de Holanda. No hay aficionados en los entrenamientos y al partido ante el Glenclerbirligi del martes apenas acudieron unas decenas de personas y ninguna de ellas -y esto sí es que un hito con pocos precedentes- con camiseta de la Real. Hasta en los mas recónditos lugares se ven ‘supporters’ txuri urdin dando rienda suelta a su pasión, pero al Schuytgraaf de Arnhem, campo del egregio Arnhemse Boys, en medio de la nada holandesa, no llegó la fiebre.
Los tres únicos testigos de la sesión matinal de ayer fueron tres chavales de unos 10 años más pendientes de pescar un autógrafo de Vela y, sobre todo, una camiseta, que del propio entrenamiento. Uno de ellos lucía la camiseta del Ajax con el número 45 y el nombre de Kluivert. “The son”, especificó. De Justin, vaya, y no del exbarcelonista Patrick.
Eusebio por fin tomó la palabra. El pucelano es muy de delegar en sus auxiliares especialmente en pretemporada. Durante el trabajo físico el que dirige, corrige y grita es el preparador físico Gerardo Izaguirre y en el táctico la voz cantante la lleva Juan Carlos Andrés, su segundo, que hasta entonó la charla inicial por la mañana. En esa sesión matinal, Eusebio se limitó a observar. Pero por la tarde se soltó y se hizo dueño del campo y de la palabra. Lo hizo para adiestrar a sus jugadores y para tirarles de las orejas porque cree que en los partidos anteriores habían estado desafortunados en el repliegue tras perder el balón -una pérdida absurda de Zurutuza conllevó el tanto del Genclerbirligi- y trabajó con ahínco para corregirlo.
La palabra de Eusebio está muy cara en verano. No la regala precisamente y no sólo en el terreno de juego o durante los partidos. Los informadores ya estamos avisados de que el entrenador sólo hará declaraciones tras el último amistoso, en Palencia ante el Sporting del 12 de agosto. Todo el resto de sus colegas ya se han dirigido a su afición a través de la prensa. El preparador lasecaso es muy dueño de sus silencios y está liberado de la esclavitud de sus palabras. Porque no habla