Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

“ECHARÉ DE MENOS EL CICLISMO”

- Arkaitz del Amo / Unanue

Ha sido, es y será uno de los grandes iconos del ciclismo vasco. Haimar Zubeldia (Usurbil, 1977) pone fin esta tarde a media vida como profesiona­l. El corredor del Trek Segafredo anunció el 17 de julio su retirada definitiva tras 20 años al más alto nivel. Se marcha con 29 grandes vueltas a sus espaldas y cinco Top-10 en el Tour de Francia. En silencio, como no queriendo llamar la atención, dejará el pelotón en su casa por deseo propio. Un deportista querido que hoy encontrará en las cunetas guipuzcoan­as el cariño de su afición. Llega el final de una etapa en la que Zubeldia ha marcado los tiempos, una decisión madurada junto a familia y amigos. El Boulevard significar­á la conclusión de un ciclo, pero también el inicio de otro.

Ya no hay marcha atrás. Hoy se retira del ciclismo profesiona­l...

Es una decisión natural. Uno es consciente de que tiene 40 años y a veces coincides en la habitación con gente que podría ser tu hijo. También tantos días fuera de casa... cada vez cuesta más. Para mí, llegar a los 20 años como profesiona­l era un objetivo que había conseguido.

¿Cuándo tiene claro que ha llegado el momento de dejarlo?

Ha sido durante el Tour. Con mi familia he hablado muchísimo, sobre todo en el Tour, y la decisión la tomé dos o tres días antes de hacerla pública. Era una posibilida­d que cada vez que hablábamos iba cogiendo más peso.

La de hoy no va a ser una jornada fácil para usted, acostumbra­do a manejarse alejado de los focos y más pendiente de los compañeros que de sus propios intereses...

No sé cómo lo voy a hacer. Habrá que estar atento con todos los que se acerquen y disfrutar porque es un día que quizá me venga todo grande, pero con el tiempo sabré asimilarlo.

¿Cómo afronta la Clásica? Con el ánimo de disfrutar o de competirla…

Intentaré hacerlo lo mejor posible, pero no hay que olvidar que tenemos al ganador de la pasada edición en el equipo, Mollema, y pienso que llega mejor que el año pasado. En 2016, el Tour se le hizo un poco largo y este año ha sido al revés. En la montaña ha ido muy bien, aunque en esta edición estará más vigilado. En lo personal, a mí me gustaría ser protagonis­ta.

Su equipo ya le hizo sentirse especial en París cunado le regaló una bicicleta personaliz­ada...

No me lo esperaba para nada, igual sí que hicieran algo para la Clásica. Me acuerdo que me llamaron para que bajara del autobús para hacer una foto de grupo y me sacaron la bicicleta. Me quedé sin palabras porque fue una sorpresa. El equipo se ha portado muy bien conmigo. En esa bici están resumidos mis 20 años y la guardaré con cariño.

Ahí se demuestra que su equipo le tiene un afecto especial, ¿no?

Me he sentido querido tanto por el equipo como por la afición. Desde que lo hicimos público la gente me ha felicitado y estoy sorprendid­o. He tratado de hacerlo como creía que era

lo mejor. Y la gente sabe apreciarlo.

Cuénteme su último día en París. ¿Qué sintió?

En la última etapa el ambiente es más distendido y muchos compañeros se acercaron a felicitarm­e por la carrera. Uno se siente querido en el pelotón. He jugado siempre correcto.

Y luego llegaron a los Campos Elíseos...

Como ciclista cuando llegas la primera vez a los Campos Elíseos se oye como un rugido de la gente, como en los estadios de fútbol. La primera es especial, pero la última también porque eres consciente de que eso no se va a repetir. Te emocionas, sientes un cosquilleo.

¿Se fijó más en los detalles?

Desde que tomé la decisión he intentado disfrutar cada minuto y en París también. Pero el circuito tampoco es cómodo con un empedrado en el que la bicicleta bota mucho. Hay que estar atento para no irse al suelo.

Fue el final de su último Tour. ¿Qué sensacione­s le dejó?

En la segunda mitad me he encontrado mejor. Acudí en el último momento y la última semana previa al Tour de Francia había levantado el pie con los entrenamie­ntos. Desde que comenzó la carrera olvidé todo eso, pero las piernas lo notaban.

¿Le hubiese gustado tener más protagonis­mo en el equipo o es difícil salirse de las estrategia­s del director?

Íbamos con un objetivo grande que era ganar el Tour con Alberto, pero en la primera semana la suerte no nos acompañó. Cuando Mollema ganó la etapa la moral del equipo fue para arriba y en las etapas de montaña se nos ha visto más. Arropamos a Alberto y en un par de días demostró que sobre las adversidad­es sabe levantarse después de las ‘galletas’ que se pegó.

La ronda francesa terminó el domingo. ¿Qué ha hecho estos últimos días? ¿Ha seguido entrenando?

Preparar la Clásica. Después del sábado no habrá más carreras, pero no estoy dejando los entrenamie­ntos. Martes y miércoles, rodé un poco. El jueves sí que metí intensidad y el viernes un paseo antes de la Clásica. Lo que te da el Tour hay que mantenerlo un poquito.

¿Ha mantenido la intensidad o es difícil seguir motivado a escasos días de retirarse?

Quiero hacerlo bien. El Tour te da velocidad y hay que aprovechar­la. Hasta el último día quiero estar dándolo todo.

Se ha escapado a Pirineos. ¿Quería alejarse de los focos?

La familia suele estar aquí en verano y he venido unos días. Suele ser algo habitual también para preparar la Vuelta a España, aunque no será el caso de este año.

En su dilatada trayectori­a ha disputado un total de 29 grandes vueltas: 16 Tour de Francia, 12 Vuelta a España y ¡1 Giro de Italia! ¿Por qué no ha tenido feeling con la ‘Corsa Rosa’?

Cuando la disputé, me gustó. Pero es cierto que a mí me ha costado mucho en primavera. Cada cuerpo tiene sus biorritmos. En País Vasco tampoco he estado nunca muy bien. En esas fechas siempre me ha costado estar en forma. En mayo es cuando he empezado a funcionar y a partir de ahí cada uno tiene que buscar sus mejores momentos. Por eso he preferido hacer Tour y Vuelta.

Desde mañana formará parte de la historia del ciclismo vasco. ¿Cómo quiere que se le recuerde?

Haimar Zubeldia estará a partir del domingo en la carretera. Yo seguiré entrenando. Se lo digo a la ‘grupeta’ de Pirineos y a la de casa, no os vais a librar de mí. No me lo permitiría, andar en bicicleta me gusta. Me lo tomaré de una forma más relajada y quiero probar otras cosas, disciplina­s que no he podido hacer como mountain bike o triatlón.

¿No va a descansar?

Hasta final de año me quiero tomar un tiempo para organizar mi vida, mi nueva vida, y luego ya se irán materializ­ando las cosas. Es el consejo que me ha dado gente que lo ha dejado. Tenemos en el equipo a Ivan Basso, que he tenido muchas conversaci­ones con él, como el domingo pasado, y me decía que él quizá se precipitó. He recogido sus consejos.

¿Siente que su trayectori­a no ha sido valorado por no haber ganado alguna etapa más?

He dado la importanci­a que tiene a los objetivos que he conseguido. Cuando yo empecé Beloki estaba en el podio, Olano ganó la Vuelta a España, Indurain venía de vencer cinco Tour de Francia… uno se tiene que poner a pensar y decir: ‘El listón está muy alto y si no se hace lo mismo quizá la gente no tiene esa tendencia a valorarlo’. Pero nunca me he sentido infravalor­ado.

¿Seguirá ligado al ciclismo?

Me gustaría porque lo echaré de menos, pero no sé en qué faceta.

Comentaba Óscar Pereiro en una entrevista que uno de los momentos más felices de su vida fue el primer día como excorredor, por sentirse libre y no tener que dar explicacio­nes a la UCI de dónde estaba en cada momento. ¿Cree que sentirá lo mismo mañana?

No he pensado en eso, pero es algo que no echaré de menos. Es un incordio. Te tienes que acordar cada vez que te mueves de casa, cambiarlo en tu página. Es cierto que me sentiré aliviado

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FOTO: UNANUE Despedida Haimar Zubeldia afronta su último día como ciclista profesiona­l tras 20 años en el pelotón
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FOTO: UNANUE Una bicicleta personaliz­ada

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