Alonso recupera la sonrisa
El piloto asturiano se marcha de vacaciones con su futuro en el aire, pero con el buen sabor de boca que dejó el 6º puesto logrado en Hungría
Fernando Alonso lo ha entendido. De nada le sirve llevarse un berrinche en cada Gran Premio si poco puede hacer con las armas que tiene. El piloto asturiano continúa siendo uno de los tres mejores de la parrilla (en esto prácticamente la totalidad de la familia de la F1 está de acuerdo) a pesar de que sus resultados de los últimos años estén lejos de los cajones. Fernando es un esclavo del ‘de donde no hay no se puede sacar’ de su McLaren. Porque el motor Honda del MCL32 tiene muy poco jugo que exprimir, y cuando lo fuerza (o a veces incluso sin llegar a hacerlo), acostumbra a tener como consecuencia el abandono. Así que a Alonso no le queda mayor remedio que relativizar la importancia de lo que dicen las tablas de tiempos y las clasificaciones de cada carrera para conformarse con todo lo bueno que tiene su privilegiado trabajo.
En Hungaroring, un circuito corto y revirado donde prima el chasis por encima de la potencia del motor, Alonso finalizó 6º en el que fue, con diferencia, su mejor resultado en lo que va de un curso en el que tan solo en Bakú había logrado puntuar con anterioridad.
Por ello no fue extraño observar que el asturiano, al cruzar la línea de meta lo hizo bien cerca del ‘pitwall’ desde el que miembros del equipo celebraban lo logrado como si de un triunfo se tratase. A fin de cuentas, finalizar como el primero de una carrera en la que no se tiene en cuenta a los inalcanzables Mercedes, Ferrari y Red Bull en cierto modo es una victoria para McLaren, por lo que está más que justificado aunque contraste cuando hablamos de un piloto dos veces campeón del mundo allá por las temporadas 2005 y 2006.
La IndyCar, punto de inflexión
La de 2017 no está siendo la temporada del regreso a la lucha por los primeros puestos de la F1 que esperaba Alonso, pero el asturiano ha sabido adaptarse para disfrutar con lo que tiene. “Como equipo no podemos estar contentos, pero en el plano personal está siendo un muy buen año para mí. Con estos coches puedo volver a pilotar con mi estilo y lo de las 500 Millas de Indianápolis fue una experiencia muy bonita”, explicó Alonso haciendo balance.
Precisamente el episodio ambientado en el Indianapolis Motor Speedway significó un punto de inflexión en su actitud. Todo lo que rodeó al estreno de Alonso en la IndyCar pareció hacer reflexionar al asturiano, que regresó del otro lado del charco con la satisfacción de lo vivido dejando en el olvido el hecho de que el triunfo se le hubiese escapado en el que era su debut.
Que Fernando quiere volver a ganar el Mundial de Fórmula 1 es de perogrullo, pero con 36 años recién cumplidos el pasado sábado, el #14 (#29 en la IndyCar a la que posiblemente vuelva el año próximo) valora y mucho que dicho deporte le tenga como una verdadera referencia. Por eso se prestó con mucho gusto al acto en el que deseó un buen parón estival a todos los seguidores del ‘gran circo’ junto a una ilustración de ya de sobras conocida ‘qualy al sol’ en el Gran Premio de Brasil de 2015.
Alonso se marcha de vacaciones sin opciones de título este curso y sin saber qué será de él el próximo año, pero poco le angustia, porque lo que tenga que ser, será