IÑIGO Y VELA, CAPITANES

El central se estrena en verano disputando los 90 minutos y el maya deja destellos en su primera titularidad Participan en el triunfo ante el Burgos el día después de saberse que el ‘11’ se marcha en enero y que el Barça descarta al defensa

No fueron los goleadores ni los asistentes de ninguno de los tres goles que anotó la Real Sociedad en el amistoso de ayer en Burgos, pero sí los auténticos protagonistas del equipo txuri urdin. Carlos Vela e Iñigo Martínez participaron en el triunfo guipuzcoano (2-3) en la penúltima prueba de la pretemporada realista el día después de que el club anunciara que el mexicano se marchará a Los Angeles FC en enero y que el Barcelona desestimase, por lo menos de momento, el fichaje del central.

Ambos, curiosamente, ejercieron de capitanes en la escuadra que ayer vestía de naranja. Habida cuenta de la ausencia por lesión de Prieto, el ‘bombardero maya’ se puso la ikurriña en el brazo. La portó en los primeros 72 minutos de partido, momento en el que fue sustituido por Concha. Entregó el brazalete a Illarramendi, pero éste le buscó a Iñigo para que fuera él, que disputó los 90 minutos, el que terminara el partido capitaneando a la tropa donostiarra.

Iñigo y Vela, fundamentales para entender este último lustro en la Real en el que se han logrado tres clasificaciones para Europa, comenzarán la campaña vestidos de blanco y azul salvo un giro inesperado en el caso del defensa de la cantera. Y eso es una buena noticia para la parroquia txuri urdin.

A ambos les costó entrar en el partido, especialmente a Iñigo. Eran sus primeros minutos de toda la pretemporada y le costaba imponerse a su par y, sobre todo, controlar el esférico con claridad. Fallaba controles fáciles, pases de los que suele clavar y apenas se atrevía a jugar en largo. No se le veía muy fino.

Nada más empezar, se echó al suelo cortando un balón peligroso, lo que parecía una buena manera de conectarse al partido. Buscó por dentro a Agirretxe y por fuera a Gorosabel en sus pases largos, pero sin demasiado éxito.

Sí lo tuvo en la segunda parte, cuando el destinatario de sus envíos fue Willian José, que acomodó todos los balones que le mandó el central. Iñigo, además, pudo marcar en dos ocasiones. Saizar le sacó un chut desde más allá de la frontal que se colaba por arriba y luego cabeceó fuera por poco un córner botado por Vela.

No tuvo nada que ver en el primer gol del Burgos y en el segundo no llegó para despejar el balón centrado por Manzano y cabeceado por Pablo. Los muchos aficionados de la Real que se desplazaron a El Plantío le mostraron su apoyo.

Carlos Vela, con sordina

La parroquia txuri urdin también está con Vela. Sabe que lo disfrutará hasta el último partido de diciembre y sueña con recuperar a aquel jugador deslumbrante de hace unas temporadas.

Ayer no lo fue, pero sí firmó algunos destellos que demuestran que, aunque su papel quizá no vaya a ser tan determinante como en otras campañas, va a aportar.

Comenzó jugando abierto a la derecha. Vino casi a campo propio para recibir en sus primeras intervenciones. Pero cuando de verdad se gustó fue en las dos primeras acciones en las que buscó la verticalidad tan característica, tan de los vídeos del You Tube. En la primera quebró a su par, pero su pase de la muerte con el exterior, marca de la casa, lo atajó el portero. En la

TIERNOS Iñigo jugó los 90 minutos en su primer partido del verano y Vela, 72, en su segundo y se notó BRAZALETE El maya lo llevó por la ausencia de Prieto y luego Illarramendi se lo cedió al central A PUNTO DE MARCAR Vela hizo dos buenas jugadas e Iñigo rozó el gol en dos ocasiones

segunda rompió por velocidad tras apoyarse en un compañero, pero su cesión no encontró un rematador.

En la segunda parte, el maya acusó un tanto el cansancio, aunque no cesó de pedir el esférico. El de ayer fue su segundo partido de la pretemporada y en el primero, el de Groningen, sólo había participado en la media hora final. Le falta.

Faltan nueve días para que comience la Liga y la mera presencia de estos dos jugadores, aunque de momento no sea en su mejor versión, ya representa una tranquilidad para Eusebio y la afición