El virus de Makwala enreda el Mundial
Se le repescó y puede amargar el 200 a Van Niekerk
La intoxicación de una treintena de atletas del Mundial que compartían uno de los hoteles oficiales de la organización se cobró en el 400 una víctima ilustre, el botswanés Isaac Makwala. Su baja fue un problema para la IAAF. De índole deportiva, porque dejó al Mundial sin un favorito al podio. Y también de imagen, porque el atleta africano, al que los médicos le impusieron una cuarentena de 48 horas, intentó el martes ingresar al estadio para correr la final del 400. Vigilantes de seguridad y personal de la IAAF se lo impidieron, dando lugar a una escena tensa.
Ayer siguió el lío. Tras pasar las preceptivas 48 horas, Makwala fue autorizado a correr una repesca en solitario para entrar en las semifinales del 200 que no había podido disputar por su virus. Debía correr en menos de 20”53 y bajo la lluvia hizo 20”20 y se puso a hacer flexiones para celebrarlo.
Dos horas después, en semifinales, redondeó su gesta con una segunda plaza (20”14) y se metió en la final que hoy le medirá a Wayde Van Niekerk. Y no es un duelo menor: el sudafricano aspira a reeditar el doblete de oros 200/400 metros que no se ve desde 1995 (Michael Johnson), y Makwala es el autor de la mejor marca del año (19”77). Y anda picado, además, con la prohibición de correr la final del 400. “El martes yo ya estaba bien y no me dejaron ni entrar en el estadio”, dijo. En semifinales, Van Niekerk sufrió, tercero en su serie y pasando por tiempos (20”28), seguramente cansado por el esfuerzo del 400. El duelo está servido.
La Comisión Médica de la IAAF defendió ayer su decisión de someter a cuarentena al botswanés. Su responsable, Pam Venning, explicó que es un protocolo establecido por las autoridades sanitarias para controlar un brote “muy virulento” de norovirus, que produjo vómitos y diarreas a varios atletas. Según Venning, todos los demás equipos con atletas afectados se habían adherido a las instrucciones de la IAAF, y solo Makwala intentó acceder al estadio.
“Había riesgo de contagio”, añadió el presidente de la IAAF, Sebastian Coe. “Como atleta puedo entender la frustración que debió sentir, pero debemos mirar por el bien de los atletas que participan y era peligroso”