Un mercado muy largo

La deprimente imagen que ofreció el Barcelona contra el Real Madrid en el Bernabéu provocó que no pocos seguidores de la Real dedujeran ipso facto que el club azulgrana pondría de inmediato su maquinaria en marcha para fichar a Iñigo

Martínez. Fueron tales las carencias que se advirtieron en la puesta en escena del Barcelona en Madrid que no era complicado deducir que, a modo de reacción, entre otras cosas, cambiarían su opinión de descartar la contratación del central de la Real. No será así porque el club que preside Bartomeu mantendrá su apuesta por Yerri Mina y descartará una compra mucho más cara, como era la de Iñigo Martínez. El vizcaíno, en condiciones normales, seguirá en la Real el 1 de septiembre pero tranquilamente podría haber ocurrido lo contrario y que, a falta de 13 días para que concluya el mes, uno de estos clubs infinitamente más poderosos que la Real pagara su cláusula de rescisión, dejando en la más absoluta indefensión al club de Anoeta. Todo ello producto de un mercado demasiado largo, que urge acotar. No puede ser que se empiece a jugar la Liga con el mercado abierto. El día que se disputa el primer partido oficial, los clubs tendrían que tener sus plantillas cerradas. La Premier League se dispone a debatir, y parece que aceptar, que esto sea así en Inglaterra a partir de la próxima temporada. En la Liga, que tantas veces tarda en copiar el modelo británico que tan bien funciona, no deberían perder ni un segundo en secundar al campeonato que más dinero genera en el mundo. Se seguiría sin evitar que un clausulazo te deje compuesto y sin jugador en vísperas de iniciar un torneo pero al menos provocaría que los equipos inicien a competir con todas las cartas en la mano