Una ilusión que no decae
La Real pasó por encima del Villarreal logrando una victoria más que solvente frente a uno de los que se supone equipos punteros de la categoría. Y esa es la mejor noticia en un partido inolvidable por muchos otros aspectos. Xabi Prieto celebró de la mejor manera posible su partido 500 con la Real con gol y asistencia incluidas, y Agirretxe regresó a los terrenos de juego después de mucho tiempo -ongi etorri, Imanol-. Pero todo eso pasa, permítanme la osadía, a un segundo plano porque los tres puntos se quedaron en casa después de una puesta en escena maravillosa por parte de los de Eusebio Sacristán, que con el mismo patrón de juego que les llevó a Europa la temporada pasada, y sin la presencia de ninguno de los refuerzos llegados este verano, desarbolaron por completo a los castellonenses, que no pudieron parar el caudal de juego blanquiazul. Incluso el 30 se antoja un resultado corto teniendo en cuenta los méritos de unos y otros. Rulli no se manchó las manos. El Villarreal no creó ni una sola ocasión clara de gol, mientras que Andrés Fernández en el primer tiempo, y Barbosa en el segundo se tuvieron que emplear a fondo para evitar que su equipo saliera derrotado con un resultado mucho más abultado. El 3-0 final es el fiel reflejo de la superioridad de un equipo que juega de memoria y, lo más importante, que está consiguiendo, con este arranque liguero demoledor, que la ilusión, lejos de desaparecer, continúe aumentando a pasos agigantados. Anoeta ayer se lo pasó en grande. La grada fue una fiesta disfrutando con el juego de los suyos. Y como quien dice esto no ha hecho más que empezar, pero las primeras impresiones no pueden ser más positivas.
Mención aparte en toda esta historia merece la figura de Xabi Prieto, que, literalmente, se salió en su partido 500 con la Real. El ‘10’ sigue ejerciendo de ‘10’ y ayer comandó las operaciones de un equipo que sumó un triunfo incontestable. Zorionak