El viaje de Hamed
El día después solicitó ayuda económica para un jugador del Ciudad de Murcia
El lunes, en El día después (en #Cero de Movistar+), se hacían eco de la historia personal de Hamed Sako, un jugador del Ciudad de Murcia.
Tiene dieciocho años y es de Costa de Marfil y su periplo para llegar al club es digno de una película. Con catorce años salió de su país en busca de un futuro más esperanzador. Mientras cruzaba el desierto, los terroristas lo convirtieron en esclavo. Logró escapar y siguió su camino hacia Mauritania. De allí, tardó días en llegar a Marruecos. Por el camino, algunos de sus compañeros de viaje murieron. Durmió en la calle, consiguió un lugar en una patera para llegar a Canarias. Y más tarde consiguió viajar hasta Murcia. Pasó las pruebas y entró en el club de fútbol, donde el director deportivo se ha convertido en su segundo padre. El día después daban a conocer su historia para contribuir en la medida de lo posible a que el chico supere un episodio más de su complicada vida.
Ahora, la madre de Hamed está en un hospital de Costa de Marfil. Está muy grave y ha pedido ver a su hijo por última vez. El Ciudad de Murcia ha organizado varias iniciativas para que su jugador logre recaudar el dinero para visitarla. El día después mostró en pantalla el número de cuenta bancaria para los que quieran ayudar a Hamed a realizar este viaje a su país.
Siempre es delicado que la tele se convierta en incentivadora e intermediaria de transacciones bancarias facilitando cuentas particulares de los implicados. Es noble y les honra, pero quizá, periodísticamente, es más prudente recordar la posibilidad de contactar con el club para ayudar que incitar en caliente a la audiencia a ingresar dinero en una cuenta.
Además, es posible que, de ahora en adelante, las peticiones de ayuda que va a recibir El día después para que dé repercusión televisiva a causas nobles con el fútbol de por medio (incluyendo un número de cuenta, por supuesto), sean unas cuantas. Desgraciadamente, hay mucha gente necesitada de ayuda. Será difícil elegir, descartar y cerciorarse del rigor de esas peticiones