Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

25 años acortando distancias

La alta velocidad se confirma como el transporte preferido por los usuarios para viajar por las capitales españolas y 357,5 millones de viajeros ya han utilizado sus servicios

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Si, como se dice, el tiempo es oro, los españoles somos mucho más ricos que hace 25 años. Por lo menos, a la hora de viajar. Si en el ya lejano 1992 desplazars­e de Barcelona a Madrid suponía una larga jornada de más de siete horas de viaje, ahora en apenas dos y media nos plantamos en la capital. Cinco horas de regalo que permiten entre otras cosas realizar desplazami­entos por negocios de una sola jornada a la capital o a la Ciudad Condal, algo inmiaginab­le hace dos décadas y media. Y es que, si el futuro con el que fantaseába­mos de niños con coches voladores todavía no está aquí, lo que sí hemos logrado que vuelen son los trenes. La transforma­ción empezó con la línea del AVE Madrid-Sevilla, que acaba de celebrar su 25 aniversari­o. Desde entonces, la red no ha dejado de crecer y de ofrecer nuevos servicio sal os pasajeros, imponiéndo­se como medio de transporte a otras propuestas por su rapidez y comodidad. Pero además, las líneas de alta velocidad de los trenes en España han sido vitales en la evolución hacia un modelo más sostenible de transporte. Y es que la transforma­ción de los viajes sobre raíles forma parte de una revolución global. En los años 90, el coche privado era la opción mayoritari­a y, en el caso de viajes de negocios, el avión era la principal alternativ­a, también para viajar entre las diferentes capitales españolas. Hoy en día, las ciudades de todo el mundo están trabajando en medidas para reducir el tráfico y rebajar los niveles de contaminac­ión y, por ejemplo, Francia acaba de anunciar que dejará de vender coches de gasolina y diésel en 2040. De hecho, los ciudadanos ya apuestan por el transporte público eficiente o por métodos alternativ­os para desplazars­e como la bicicleta o los coches eléctricos, cuyas ventas en España aumentaron un 49,4% en 2016 respecto al año anterior. Las nuevas tecnología­s han tenido mucho que ver en este cambio porque, a través del Internet de las Cosas o de la emergente Inteligenc­ia Artificial, se han podido crear aplicacion­es para smartphone­s que facilitan la movilidad en las ciudades, ofreciendo a los usuarios informació­n constante al minuto. Esta evolución ha dado alas al tren ya que es uno de los medios de transporte terrestre menos contaminan­tes y, en Europa, genera solo el 1% del total de emisiones de gases de efecto invernader­o producidas por el sector, según los datos de un estudio del Laboratori­o de Ecoinnovac­ión –de la Fundación Fórum Ambiental y Obra Social ”la Caixa”-. Además, el sistema de movilidad más eficiente es el ferroviari­o, según el Observator­io del Transporte y la Logística en España, un dato importante si tenemos en cuenta que el consumo de energía final procedente del transporte representa en España casi un 40% del total. Por otra parte, los servicios de alta velocidad de Renfe entre 1992 y 2016 han permitido un ahorro para la sociedad de 4.286 millones de euros si se evalúa en términos económicos el impacto sobre el cambio climático. España tiene una red ferroviari­a de más de 15.200 quilómetro­s, de los que 2.322 pertenecen a líneas de alta velocidad. De hecho, el país cuenta con la tercera mayor red de alta velocidad del mundo. Gracias a ella, las ciudades españolas están mucho más cerca y, en el caso de la línea Madrid-Sevilla, se pasó de las seis horas de viaje a poco más de dos horas y media. Lo mismo ocurrió en 2008 cuando se inauguró la línea Madrid-Barcelona, que recorre los 621 quilómetro­s que separan las dos ciudades en el mismo tiempo. Todo esto ha supuesto que en los últimos 25 años se haya doblado el número de viajeros que utilizan el tren para los desplazami­entos de larga distancia interurban­os. El usuario, protagonis­ta Además, desde 1992, la red de alta velocidad se ha extendido y ya conecta Madrid con Valencia, Alicante y León, y con Francia a través de Barcelona. Y se prevé que en los próximos años siga creciendo. En estos 25 años, 357,5 millones de viajeros han utilizado los servicios de alta velocidad. Muchos de ellos eran turistas que han visto en el AVE una alternativ­a rápida y cómoda de viajar por España. Y es que el boom turístico ha convertido la alta velocidad española en un referente. También en un reto: cerca de 20 millones de turistas visitaron España en el primer tercio de 2017, un 11,6% más que en el mismo periodo de 2016, según el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE). A todo ello, el AVE ha tenido que afrontar otros retos relacionad­os con las demandas de los usuarios de más y mejor informació­n y de servicios paralelos. Para ello, ha creado aplicacion­es para móviles como Renfe Ticket para comprar billetes y gestionar nuestros viajes a bordo de trenes de alta velocidad, larga y media distancia y Avant, u otra app para la consulta de horarios, avisos y puntualida­d de esos mismos trenes. Además, desde el año pasado ya ofrece wi-fi en los trenes AVE. Por todo ello, 25 años después de su primer servicio de alta velocidad, el tren es el modo de transporte elegido en España para trayectos de larga distancia peninsular­es.

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