Donde hay patrón no manda marinero
Obra maestra de Gorka Aranberri, que gobierna la naturaleza y ondea su quinta Concha
De la moraleja con mesura se encargó Jon Salsamendi en mitad del torrencial eufórico que se apoderó de Orio: “Nos hemos aliado con la mar en lugar de enfrentarnos a ella”, significó. Nada más y nada menos que gobernar la cara más inclemente de la naturaleza. O sea, una obra maestra con tintes de epopeya, uno de esos géneros que narran hazañas.
Uno de los héroes fue Gorka Aranberri, fiel modelo de aquel dicho popular: ‘Donde hay patrón no manda marinero’. La mar era un revuelto desordenado, las olas imposibilitaban la remada y el viento incordiaba, así que era una regata a imagen y semejanza de los patrones. Aranberri, un zarauztarra idolatrado en Orio, gestionó el temporal, sorteó el oleaje y dirigió a la cuadrilla todo a babor para firmar una empopada de categoría, para el recuerdo.
La lección de Aranberri desencadenó en un desenlace idílico. Ondeó su quinta Bandera de la Concha, la primera como ‘aguilutxo’ tras las cuatro que había conquistado con Urdaibai. Rey en la bahía. Lleva los últimos cuatro años ganando en Donostia.
El éxito guipuzcoano
Se envalentonó el litoral, pero co- mo estaba previsto, no le sorpren- dió prácticamente a nadie. Si no fuera por los hundimientos de Hondarribia o Hibaika, la res- puesta de Gipuzkoa a la bravura del mar fue rotundamente grata.
Resurgió de sus cenizas un Orio ardiente en su propósito de recu- perar peso en la historia; emergió la ‘Erreka’ de San Juan en la pri- mera tanda para ganarla y Donos- tiarra rebasó a Tirán para eludir la cuchara de madera, décadas después de bogar a millas de los demás. La provincia sigue siendo asimismo el territorio dominador en versión femenina, gracias a otra sobresaliente actuación de San Juan. Comos los héroes ances- trales: dominando la mar cuando más indomable se pone