Las pitadas a Márquez vuelven al orden del día
De poco sirvió el apretón de manos público entre Valentino Rossi y Marc Márquez en el corralito del circuit de Catalunya hace un año y dos meses, las secuelas del Sepang Clash se siguen arrastrando especialmente en territorio italiano. ‘Il Popolo Giallo’ de Rossi no perdona y cualquier cosa que hace Marc se magnifica o da la vuelta según convenga y no parece vaya a cambiar. Pero jalear caídas es algo que estremece y es donde el ‘vero tifoso’ pierde su buen nombre.
“Has de convivir con ello en Italia, sobre todo, en el podio. Pero lo que más me duele y hace sentir mal es que aplaudan después de una caída. Que celebren una caída de cualquier piloto es una falta de responsabilidad, nos estamos jugando la vida. Vienes aquí a ver motociclismo. Puedes apoyar a un piloto u otro, pero no deseas la caída. Espero que mi afición, o la española, no lo haga nunca con ningún piloto, es bastante desagradable”, dice Marc.
Ni ausente Rossi por lesión, que no se dejó ver por Misano centrado en su rehabilitación, las cosas se calman. Hubo fans que vendieron las entradas por Facebook o las subastaron en ebay al no estar su ídolo pero la mayoría fue a honrar al ausente y supone corear el ‘Vale Vale’, incluso ante l podio, lo que está muy bien, y pitar e increpar a los enemigos naturales del ‘Dottore’, aceptable por la rivalidad. Pero aplaudir y jalear caídas cuando puede haber sangre o huesos rotos o la pérdida de una vida, es inaceptable.
Además de reivindicarse con un triunfo firmó la imagen al lanzar besos a la grada. Se cayó en el warm up en la curva 3, no lejos de las tribunas del Fan Club de Valentino Rossi, y se produjo una atronadora ovación. Y al volver por el vial en el scooter que le recogió algunos le insultaron. Su reacción, lanzamiento de besos. “Besos y amor que no falte nunca. Me quedo con lo que pasa en pista”
Andrea Dovizioso criticó aplaudir caídas. “Por desgracia, no es algo nuevo. Sucede en Italia cuando se cae un español y en España cuando se cae Valentino. Es embarazoso y demuestra la falta de madurez y el bajo nivel de ciertas personas. Hay que aprender a animar al propio piloto y admirar a todos los otros. Por desgracia, no creo que mis palabras cambien las cosas”