El talismán de Cruyff
Eusebio jugó todas las finales que ganó en Europa con el Barça
Eusebio calza botas negras en los entrenamientos y no se observan tatuajes en su piel visible. Tampoco se dispersa del mundanal ruido con auriculares al bajarse del autobús, cuando llega al estadio. Su imagen, entonces, responde a los cánones más acordes al fútbol de los ochenta y noventa.
No acumula el de La Seca un solo minuto de experiencia como primer entrenador en competición europea, pero si tiene que tirar de hemeroteca, no debe tener ningún problema. Sus charlas a los jugadores de la Real bien podrían ser las de un cuentacuentos. Las de un historiador que quiere actualizar el foco retrospectivo.
Material hay de sobra en el baúl de los recuerdos de Eusebio. De cuando era futbolista de corte plástico, exquisito en sus fundamentos técnicos: conducción, control, pase y visión de juego. Un volante de creación, dirían los clásicos.
El difunto Johan Cruyff, uno de los precursores del fútbol moderno y fuente de inspiración en el código deontológico de Eusebio, tenía un talismán en su vestuario entre finales de los ochenta y principios de los noventa. Era el pucelano. Nunca falló a su profesor, obediente.
El vallisoletano jugó, al completo, sin perderse un solo minuto, las tres finales europeas que ganó el Barcelona mientras estuvo Eusebio en sus filas. Por el Viejo Continente, aquel Eusebio joven conquistó una Copa de Europa, una Recopa y una Supercopa. 90 minutos en la Recopa del 89 ante la Sampdoria (2-0). Disputó el tiempo reglamentario más la prórroga en la Copa de Europa (1-0, también al cuadro genovés, en el 92). Y los dos partidos enteros, ida y vuelta, de la Supercopa frente al Werder Bremen en la 92/93.
Más allá de los datos, en la retina de Eusebio quedará para siempre aquella jugada previa al gol de Koeman en Wembley, el que eclipsó la historia del Barcelona. El lasecano porfió con Lombardo y el italiano fue sancionado con retención de balón. Es probable que hoy sea una de esas historias a las que se encomienda Eusebio para triunfar en la Real
Eusebio porfió la jugada previa al gol de Koeman en la Copa de Europa de Wembley
Conquistó tres títulos continentales: Copa de Europa, Recopa y Supercopa