VENCE, NO CONVECE
El Madrid ganó al APOEL en un flojo partido de los de Zidane que recuperaron el gol pero no el fútbol Cristiano Ronaldo volvió con dos tantos, el segundo de un penalti que el árbitro se sacó de la manga
LO MEJOR El APOEL no se impresionó por jugar en el Bernabéu y las ganas de Cristiano
LO PEOR El juego del Real Madrid que desplegó un fútbol lento, previsible, sin intensidad
El Real Madrid ganó al APOEL. Hasta ahí, todo normal. Lo que no es normal es el partido que hicieron los de Zidane. Tras el empate ante el Levante y las dudas que generó ese encuentro, se esperaba a un Real Madrid desatado, buscando una goleada de escándalo ante el débil APOEL. Era lo que todo el Bernabéu esperaba en el regreso de la Champions a Chamartín.
El único jugador que, como la afición, creía en el goleada era Critiano que volvía a jugar un partido oficial con el Real Madrid. El portugués, sancionado en Liga, salió como quiere Zidane, intenso, concentrado y con el gol entre ceja y ceja. El entrenador le pidió a su plantilla eso para reconciliarse con el Bernabéu y parece ser que su mensaje no llegó a los jugadores o pasaron de él o no pueden. El Real Madrid, con todo su arsenal en el campo, salvo Kroos que se quedó en el banquillo para que jugara Kovacic, fue un equipo lento, previsible ante un APOEL bien cerrado atrás cuyo principal objetivo era no encajar una goleada. Los chipriotas esperaban, como todos, a un Madrid desatado, pero se encontró con que sólo Cristiano Ronaldo seguía ese guión.
La actitud facilitó la táctica defensiva del APOEL que se dio cuenta que a la contra podía hacer daño. De hecho, el primer disparo entre los tres palos fue de los chipriotas. El Madrid se veía tan superior que ni ese disparo de Roberto Lago despertó a la fiera blanca. El APOEL se envalentonó y tuvo otra ocasión, pero perdió la concentración y en la jugada siguiente, Isco manejó a la perfección un contra que culminó Cristiano con el 1-0 tras un gran centro de Bale. Era el minuto 12 y parecía que la goleada era un hecho. Pero no fue así, el encuentro siguió por los mismos derroteros, con un Madrid lento al que ni siquiera reactivó un Kroos que entró por el lesionado Kovacic. Sólo Cristiano buscaba más goles y estuvo muy cerca de conseguirlo en una clara ocasión, pero el encuentro llegó al descanso entre bostezos y con ese 1-0 en el marcador.
El Madrid salió con más ganas en la segunda mitad de la mano, cómo no, de Cristiano. El portugués tuvo el 2-0, pero lo evitó el larguero y aunque pidió gol, la pelota no entró del todo cuando botó tras dar en el larguero. Esa acción fue en el minuto 47 y en el 49’, el colegiado se sacó de la manga un penalti por mano de Roberto Lago que no era. Cristiano no falló y puso el 2-0 en el marcador. Ni así, el APOEL se descompuso mientras el Madrid seguía funcionando a arreones, con fútbol el justo y necesario para ganar. Los minutos iban pasando con los de Zidane mandando, pero sin enamorar con su fútbol y dando una pobre imagen. A pesar de todo, tal era su superioridad que cuando apretaba un poco, llegaban ocasiones. Una de esas acabó en el gol de chilena de Ramos que puso el 3-0 en el minuto 61.
Ya era una goleada, pero no de las que se recuerdan. Cristiano seguía buscando más goles y marcó, pero lo anularon por fuera de juego, como a Mayoral en la prolongación. Tal era el ritmo del partido que la gente comenzó a abandonar el campo con varios minutos por disputar. Fue la mejor imagen para resumir un encuentro en el que el Real Madrid recuperó los goles con Cristiano pero sigue generando dudas con su fútbol
La imagen del partido es la afición marchándose antes del final