Una montaña rusa en el lateral
Goleador en ambas porterías, disfrutó en ataque y sufrió en defensa
Kevin Rodrigues no olvidará fácilmente el encuentro frente al Real Madrid. El lateral de Baiona se estrenó como goleador en la Real, pero suyo también fue uno de los goles anotados por los madrileños, en un intento de despeje que terminó con el esférico en la portería de Rulli.
Al francés le tocó bailar con la más fea, Gareth Bale, y con un Carvajal que buscó la línea de fondo sin descanso. Como el resto de sus compañeros arrancó tímido y poco ubicado. La falta de ayudas tampoco jugó a su favor y se vio superado por los atacantes madridistas en los primeros compases del duelo.
No se rindió y lideró junto a Odriozola la reacción txuri urdin mediada la primera mitad. Kevin, extremo reconvertido a lateral hace no tanto, demostró que en el área rival se encuentra más cómodo que en la propia. En su primera aparición en ataque igualó el encuentro. Un centro al segundo palo de Odriozola lo remató el francés a la red. No fue su mejor disparo, ni por potencia ni por colocación, pero seguro que es el que guardará con más cariño.
Su debut goleador no podía tener mejor escenario. En casa, ante su afición y en un partido de campanillas ante el campeón de Europa. Lo cierto es que Kevin pudo voltear él mismo el marcador. Si a los 28 minutos igualó el choque, siete después pudo poner el 2-1 en el electrónico de Anoeta. La misma jugada, con Odriozola como asistente, pero con un final bien distinto. El remate del lateral de Baiona se topó con el larguero con Keylor Navas ya batido. Sin tiempo para lamentarse, Kevin se vio obligado a una galopada para recuperar su posición en defensa ante el contraataque merengue. Llegó forzado y en su afán por despejar el balón, lo envió a la portería defendida por Rulli. Un minuto que pudo cambiar el partido. Un giro de 180 grados que tuvo al lateral como protagonista. En medio de tanta estrella, de tanto centrocampista, fue un carrilero el que decidió el choque.
Y si arriba Kevin disfrutaba, abajo sufría las acometidas merengues. En una de ellas, Bale le ganó en velocidad para poner el 1-3 que dejó el choque finiquitado en el minuto 60. Poco que hacer ante la potencia del galés.
Kevin no se vino abajo y siguió buscando la línea de fondo. Luchó como si fuera el último partido de su vida un envío largo de Vela que todo el mundo daba por perdido. Forzó el córner. En otro saque de esquina enganchó una volea con la derecha que se fue a las nubes. Demasiado bonito para ser cierto. La insistencia no se le puede negar a un Kevin que mostró sus virtudes en ataque, pero que tendrá que mejorar en defensa