Salida de pista
A la Real aún le falta un punto de desarrollo para medirse al Madrid en pie de igualdad pero ante el Levante no vale el tropiezo si se quiere mantener el pulso a la competición
Todo el mundo parece convenir en que el arranque de temporada de esta Real Sociedad es altamente prometedor y permite aventurar interesantes logros en el plazo de unos meses. De ahí que la derrota del pasado domingo frente al Real Madrid haya podido enfriar un poco los ánimos de los más audaces, que pensaban que el equipo de Eusebio era poco menos que una armada invencible, sin tener en cuenta que en su camino podían cruzarse con acorazados tan poderosos como el Real Madrid de Zidane.
El choque, tristemente, resultó mucho más desigual de lo que hubiéramos deseado, y saltando por encima de argumentaciones autocomplacientes que creían ver en una desafortunada actuación del trencilla de turno la razón de lo sucedido, habremos de reconocer que a esta Real le falta aún un punto de madurez, de desarrollo, para medirse a escuadras como la merengue en pie de igualdad. Es cierto que esto es fútbol, y que en numerosas ocasiones las grandes diferencias entre los equipos se ven minimizadas por los diversos agentes que intervienen en cada partido, pero las más de las veces, la lógica termina por imponerse.
En esta oportunidad, admitirlo duele aún más si cabe, por cuanto se daban una serie de circunstancias que propiciaban, precisamente, un escenario apto para la sorpresa: el conjunto blanco llegaba con sensibles bajas y sus últimos resultados habían generado ciertas dudas en el entorno merengue; si a eso unimos la salida en tromba de los donostiarras, con pleno de tres en las tres primeras jornadas, ¿cómo no comprar un billete para la ilusión?
Lo que vino a continuación ha sido ya analizado pormenorizadamente por los técnicos en la materia, y lo que queda es recuperar el ánimo porque la salida de pista sufrida el domingo no deja al equipo, ni mucho menos, fuera de la carrera; se trata de un incidente más de los muchos que se producen a lo largo de la competición, y del que habrá que extraer las enseñanzas oportunas.
La gran noticia es que es queda un mundo por delante, y por ende, tiempo más que suficiente para enmendarse. Sin ir más lejos, mañana jueves, la Real se mide al Levante en un compromiso en el que las condiciones varían sustancialmente, y en el que las licencias son mucho más reducidas; aquí no vale el tropiezo, si se quiere mantener el pulso a la competición