Apadrinado por Cury y bendecido por Robert

El fichaje de Paulinho Bezzerra no solo generó debate en la calle y en los medios de comunicación, sino también en el seno del Barça y en la dirección deportiva. Analizadas las deficiencias y cuál era el perfil de jugador que necesitaba el centro del campo del equipo, el primero que puso sobre la mesa el nombre de Paulinho fue André Cury, empleado del club que controla el mercado de Brasil y el resto de Sudamérica. De entrada, y pese a ser internacional por Brasil, el hecho de que militara en el fútbol chino y tuviera cerca de 30 años, fueron argumentos que jugaron en su contra. Sin embargo, Cury, que fue señalado por algunos por no haber podido frenar la salida de Neymar, tenía tal confianza en Paulinho que insistió mucho en su fichaje e incluso consiguió que el jugador se rebajara el sueldo a la mitad para poder fichar. Después de analizar los pros y los contras, el secretario técnico azulgrana, Robert Fernández, acabó dando su aprobación a la llegada de Paulinho. Paralelamente, el vestuario también validó la llegada del centrocampista brasileño, ya que lo veía un perfil del que carecía el equipo y era un ganador. De hecho, Leo Messi, que se enfrentó a él en un amistoso en Australia el pasado mes de junio, ya le dijo que lo esperaba en Barcelona para jugar con él. Ahora, con solo un partido de titular, Paulinho es un nuevo socio más de Leo Messi y el Camp Nou ya corea su nombre